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7 hábitos que te hacen envejecer de forma prematura

Comer mal, fumar, no usar protector solar o pasar demasiado tiempo en el sofá son hábitos que no solo pasarán factura a nuestra salud, sino que, además, nos hacen envejecer antes.

Aunque pensemos que llevamos una vida saludable, en muchas ocasiones tenemos una serie de rutinas que son perjudiciales para el organismo y nos hacen envejecer antes. Y en muchos casos ni siquiera nos damos cuenta. Nuestro día a día no siempre nos deja tiempo y espacio para respirar, y mucho menos escucharnos o repensar nuestros hábitos. Te contamos cuáles son para que puedas incorporar cambios hacia un estilo de vida más saludable.

Una dieta poco equilibrada

Comer de manera poco sana puede afectar seriamente a nuestro envejecimiento, acelerándolo. El consumo habitual o excesivo de alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos, nos echan años encima. Una dieta equilibrada, variada y completa es aquella en la que abundan los vegetales y las hortalizas, las frutas y las legumbres, los cereales integrales, carnes magras, pescados, huevos y lácteos. Si, además, reduces el consumo de carne, bajarás tu presión arterial y tu digestión mejorará.

Junto a la dieta, no hay que olvidar que la forma de comer. Sentarse a comer, sin prisas, masticar bien o comer despacio son claves para asimilar todos los nutrientes, eliminar estrés, sentirnos mejor, y quitarnos años de encima.

Consumir bebidas alcohólicas

Se estima que el alcohol es el responsable de más de 3 millones de muertes anuales. Dejar de beber alcohol, o reducirlo al máximo, aportará beneficios a nuestra salud, estabilizará nuestro estado de ánimo y se optimizarán nuestras capacidades cognitivas. Además de descansar mejor, nuestro sistema inmune se verá reforzado y disminuirá el riesgo de padecer enfermedades graves.

Pero el alcohol no solo nos afecta por dentro, a nuestro organismo y nuestra salud, sino también por fuera. Se notará en la piel. Hace que el organismo libere más hormonas del estrés, lo que acelera el proceso de envejecimiento.

El sedentarismo

Pasar demasiado tiempo sentado frente al ordenador, tumbado o en el sofá, sin hacer ejercicio físico nos echa años encima irremediablemente. Según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego, las personas que pasan mucho tiempo sentadas y no lo compensan con ejercicio, experimentan un envejecimiento celular acelerado. También el Nacional Cancer Institute de Reino Unido nos recuerda la importancia de la actividad física regular porque reduce significativamente el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer.

Caminar es el ejercicio más saludable que podemos hacer para estar en forma. Pero debe ser por lo menos una hora cada día a paso ligero. Al caminar trabajamos los músculos de brazos, piernas y abdominales, aumentamos la masa ósea, quemamos grasas y reducimos la presión sanguínea, entre otros beneficiosa para nuestra salud mental.

Al margen de que dediquemos tiempo a hacer deporte, ya sea caminar o cualquier otro, hay un sinfín de pequeños gestos que podemos hacer cada día. El teletrabajo, que nos mantiene pegados frente al ordenador durante muchas horas al día, no puede ser una excusa. Hay que levantarse como mínimo cada dos horas para movernos un poco, podemos caminar cuando sea posible o incluso realizar ejercicios con el mobiliario de casa.

Fumar

Fumar es la causa de casi nueve de cada diez casos de cáncer de pulmón, aunque puede provocar muchos otros tipos de cáncer. Es el responsable de todos los casos de EPOC entre muchos otros problemas de salud. Pero sin entrar en lo nocivo que resulta para la salud, algo ya totalmente indiscutible, además fumar envejece. Y mucho. El tabaco disminuye la cantidad de oxígeno y nutrientes que necesita la piel para mantenerse elástica y joven. Hasta tal punto que por cada 10 años fumando de forma continuada, el desgaste se acelera hasta dos años y medio, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética.

Dormir poco o mal

Disfrutar de un sueño de calidad debería ser una de nuestras prioridades. Cuando dormimos el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células y a controlar el uso de la energía. Pero si dormimos poco o no tenemos un sueño de calidad, el cansancio y la fatiga serán más visibles en nuestra piel, al mismo tiempo que pueden acentuar los signos del envejecimiento y el deterioro cognitivo. Por ello, empieza a cambiar tus rutinas para que tus noches sean plácidas y relajantes.

Usar protector solar, solo en la playa o en verano

La exposición a los rayos ultravioleta es la principal causa de envejecimiento prematuro. Pero esa exposición no se produce solo en vacaciones, cuando estamos tomando el sol en la playa, sino cada vez que salimos de casa, aun cuando el tiempo es nublado y nos sentimos alejados del sol. Por eso, debemos emplear siempre un protector solar con un índice de protección de entre 30 y 50 cuando estemos al aire libre, e interiorizarlo en nuestra rutina diaria. Hablamos, por supuesto, de un protector facial. Pero no debemos olvidar el cuidado de las manos y de los labios. Es importante usar siempre un buen protector labial, que protegerá del sol, pero también del viento o el frio.

La calefacción demasiado alta

En invierno no hay que pasar frío y, por supuesto, debemos mantener la casa bien climatizada y tener la calefacción encendida. Pero, ¡ojo!, no hay que pasarse, porque tener la casa a una temperatura más elevada de lo recomendable provoca sequedad en la piel. Nuestra piel tendrá mayor tendencia a la deshidratación lo que hará que las arrugas se marquen.

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la energía (IDAE), la temperatura idónea no debe superar en invierno la horquilla de los 21 a 23 grados. Además de la temperatura, también debemos vigilar que el grado de humedad sea adecuado. Podemos emplear un humidificador o, sencillamente, poner un cacharro con agua junto a los radiadores.