En la era digital actual, Internet se ha convertido en una herramienta indispensable para casi todo, desde mantenernos conectados con nuestros seres queridos hasta gestionar nuestras finanzas y hacer compras. Esta comodidad, sin embargo, viene acompañada de la necesidad de ser cautelosos y estar informados.
Proteger tu dinero en Internet no es complicado si sigues unos consejos básicos y mantienes una actitud de precaución. Al igual que en la vida real no le darías tu cartera a un desconocido ni dejarías tu casa abierta, en Internet debes aplicar un sentido común similar. Los delincuentes cibernéticos son hábiles y siempre buscan nuevas formas de engañar a las personas. Por eso, estar alerta y conocer las señales de alarma es tu primera línea de defensa.
Contraseñas: tus guardianes personales
Las contraseñas son la llave de tus cuentas en línea. La regla de oro es que sean fuertes y únicas. Una contraseña fuerte combina mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. Evita datos personales obvios como fechas de nacimiento o nombres de mascotas. Lo ideal es usar una contraseña diferente para cada servicio importante (banco, correo electrónico, redes sociales). Aunque recordar muchas contraseñas puede ser un desafío, existen los gestores de contraseñas, aplicaciones seguras que guardan todas nuestras contraseñas en un solo lugar encriptado, y solo necesitas recordar una contraseña maestra.
Autenticación de dos factores: una capa extra de seguridad
Imagina que, además de tu llave, tu puerta tuviera un segundo cerrojo que se abre con un código temporal enviado a tu teléfono. Eso es la autenticación de dos factores (2FA). Muchos servicios, especialmente bancos y correos electrónicos, ofrecen esta opción. Al activarla, incluso si alguien descubre tu contraseña, no podrá acceder a tu cuenta sin ese segundo código.
Cuidado con los correos electrónicos y mensajes sospechosos: el phishing
El phishing es una de las estafas más comunes. Recibirás correos electrónicos o mensajes de texto que parecen de una empresa o banco legítimo (Hacienda, tu banco, Correos, etc.) y te piden que hagas clic en un enlace o que facilites datos personales. Los estafadores intentan crearte una sensación de urgencia o miedo.
- Verifica el remitente: Mira bien la dirección de correo electrónico. A menudo, tienen letras o números extraños.
- No hagas clic en enlaces sospechosos: Si te piden iniciar sesión, ve directamente a la página web oficial escribiendo la dirección en tu navegador, no a través del enlace del correo.
- Sospecha de la urgencia: Los bancos y las empresas legítimas rara vez te pedirán información confidencial por correo electrónico o te amenazarán con cerrar tu cuenta de inmediato.
- Revisa la gramática y la ortografía: Muchos de estos correos tienen errores que una empresa seria no cometería.

Navegación segura: HTTPS y candados
Cuando estés en una página web donde vas a introducir información sensible (como datos bancarios o personales), fíjate en la dirección web. Debe empezar por “https://” y tener un pequeño candado cerrado al lado de la dirección. Esto significa que la conexión es segura y tus datos viajan cifrados. Si solo ves “http://” (sin la ‘s’), es mejor no introducir información personal.
Actualizaciones de software: tu escudo protector
Tu ordenador, tableta o smartphone tienen un software (programas) que necesita actualizarse regularmente. Estas actualizaciones no solo añaden nuevas funciones, sino que también corrigen fallos de seguridad que los ciberdelincuentes podrían explotar. Configura tus dispositivos para que se actualicen automáticamente o presta atención a las notificaciones de actualización e instálalas cuanto antes.
Cuidado con las redes Wi-Fi públicas
Las redes Wi-Fi gratuitas en cafeterías, aeropuertos o centros comerciales son muy convenientes, pero también pueden ser peligrosas. Los ciberdelincuentes pueden usarlas para “espiar” tu información mientras la utilizas. Evita realizar operaciones bancarias, compras en línea o acceder a información sensible cuando estés conectado a una red Wi-Fi pública. Si es imprescindible, utiliza tus datos móviles.
Revisa tus extractos bancarios regularmente
Acostúmbrate a revisar tus extractos de cuenta y de tarjetas de crédito con frecuencia, al menos una vez al mes. Busca cualquier cargo que no reconozcas. Si encuentras algo sospechoso, ponte en contacto con tu banco de inmediato.
La información que compartes en redes sociales
Las redes sociales son excelentes para mantener el contacto, pero sé prudente con la información que compartes. Evita publicar datos que puedan ser utilizados por delincuentes, como cuándo estás de vacaciones (señalando que tu casa está vacía), tu dirección, o detalles muy específicos sobre tu rutina. Configura la privacidad de tus perfiles para que solo tus amigos y familiares puedan ver tus publicaciones.
En caso de duda, no actúes
Si alguna vez te encuentras con algo que te hace dudar, ya sea un correo electrónico, una llamada de teléfono o un mensaje, la regla de oro es no actuar impulsivamente. No hagas clic en ningún enlace, no proporciones información y no te dejes presionar. Si se trata de tu banco, llama directamente a su número oficial (el que viene en tu tarjeta o en su web) para verificar. Si es una empresa, visita su página web oficial. Siempre es mejor ser demasiado precavido que arrepentirse después.


