It Is Almost Winter, So Cold Outside, But So Sweet Time We Spend Together! Happy Cheerful Peaceful C

Claves para evitar los resfriados en otoño

Con la llegada del otoño, los resfriados se convierten en visitantes frecuentes. Pero ¿cómo podemos protegernos de esta amenaza? El resfriado común es una infección viral que afecta principalmente a la nariz y la garganta. Aunque no existe una cura milagrosa, podemos tomar medidas para prevenirlo.

Lo primero que debemos tener en cuenta es la hidratación; beber suficiente agua es esencial para mantener nuestro cuerpo hidratado y funcionar correctamente. La deshidratación puede debilitar nuestro sistema inmunológico y hacernos más susceptibles a las infecciones. Por lo tanto, es importante beber agua a lo largo del día.

Alimentando tus defensas: la importancia de una dieta equilibrada

Una buena nutrición también es fundamental. La vitamina D, el zinc y los probióticos pueden ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunológico. Las investigaciones muestran que las personas que no obtienen suficiente vitamina D tienen muchas más probabilidades de sufrir una infección de las vías respiratorias superiores (que causa tos, picazón en la garganta o congestión nasal) que aquellas que consumen mucha vitamina D. Mientras que tomar zinc (generalmente en forma de pastillas de zinc o aerosoles nasales de gluconato de zinc) parece reducir la duración y la gravedad de los síntomas una vez ya han aparecido.

Es necesario realizar más investigaciones para confirmar que los probióticos realmente pueden mantener alejados a los virus, pero los estudios sugieren que los ‘microbios buenos’ que habitan en nuestro intestino también pueden contribuir a fortalecer nuestras defensas.

Higiene: tu primera línea de defensa

La higiene personal es una de las herramientas más poderosas que tenemos para prevenir la propagación de virus. Al mantener una buena higiene, creamos una barrera protectora que dificulta que los microorganismos ingresen a nuestro organismo.

Las manos son el principal vehículo de transmisión, ya que al tocar superficies contaminadas y luego nuestra cara, los virus pueden entrar fácilmente a nuestro cuerpo. Por ello, lávate las manos con frecuencia: utiliza agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente después de ir al baño, antes de comer, y después de toser o estornudar.

Además de la higiene personal, es fundamental ventilar regularmente los espacios cerrados. Al renovar el aire, reducimos la concentración de virus y otras partículas contaminantes. Abre las ventanas al menos 15 minutos cada día, especialmente si has estado en contacto con personas enfermas o si has pasado mucho tiempo en un ambiente cerrado. Ventilar adecuadamente, sobre todo en invierno, cuando tendemos a pasar más tiempo en interiores. Es una medida sencilla pero eficaz para proteger nuestra salud y la de los demás.

En cuanto al uso de la mascarilla, debemos tener en cuenta que es una de las formas más efectivas de prevenir la propagación de las infecciones respiratorias como el resfriado. No solo protege a quienes lo rodean, sino que las investigaciones muestran que una mascarilla facial también ayuda a proteger a quien la usa.

Y, aunque a veces, es más fácil decirlo que hacerlo, hacer todo lo posible por mantenerse alejado de quienes tosen y estornudan será de gran ayuda para mantenernos saludables.

El estrés debilita tus defensas

Si ya te sientes agotado, puedes estar allanando el camino para un resfriado, ya que el estrés hace que el cuerpo bombee un exceso de cortisol, una hormona que puede debilitar la capacidad de su sistema inmunológico para combatir infecciones. Así que relajarte debe ser una prioridad: practica yoga, prueba la meditación, sal a dar un paseo diario por la naturaleza o prioriza algo de tiempo para preparar la cena con tu familia; cualquier cosa que te ayude a superar un largo día.

Por último, hay tener en cuenta que la vacunación anual se convierte en una herramienta fundamental para proteger la salud de las personas mayores de 65 años. Lo mejor que puedes hacer para protegerte es vacunarte contra la gripe todos los años, ya que los virus que circulan cambian constantemente.