En la vida cotidiana, llevarnos bien con nuestros vecinos es crucial para preservar una atmósfera pacífica y acogedora en nuestra comunidad. Para ello, todos los residentes deben reconocer y defender tanto sus derechos como responsabilidades. En este artículo, veremos los deberes que tenemos como vecinos y cómo podemos ayudar a crear un entorno integrador y feliz.
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Respeta las reglas de tu comunidad
Ser respetuoso y acatar las normas y reglamentos de la comunidad es uno de los deberes más importantes de los vecinos. El uso de las áreas comunes está sujeto a reglas, pudiendo existir también normas de mantenimiento y restricciones de estacionamiento.
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Mantén tus propiedades en buen estado
Mantener el inmueble en buen estado es otro deber importante de los vecinos. Esto implica tanto el exterior, incluido el jardín, como la fachada y los espacios comunes. Un entorno ordenado y bien cuidado aumenta el valor de las propiedades y al mismo tiempo hace que la comunidad sea un lugar más agradable para vivir.
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Cumple con la cuota de la comunidad
Es común que los vecinos deban contribuir con una cuota de mantenimiento o un fondo común. Para garantizar que las instalaciones puedan seguir prosperando y que todos los residentes puedan disfrutar de ellas, el apoyo financiero es crucial.
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Respeta el derecho de los vecinos a la tranquilidad y al descanso
Hay que respetar a los demás vecinos. Para ello, hay que abstenerse de hacer ruido durante las horas de descanso, respetar la privacidad de los demás y tener en cuenta los deseos y necesidades de todos. Las tareas que impliquen ruidos molestos, como por ejemplo mover muebles, deben realizarse durante el día. Todos nos sentiremos a gusto en una comunidad que valora la paz y el respeto mutuo.
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Participa en la toma de decisiones
Un consejo vecinal o un comité de administración se encarga de tomar decisiones básicas para la comunidad. Participar activamente en tales situaciones, asistir a las reuniones y ofrecer sugerencias y opiniones útiles son responsabilidades importantes de todos los vecinos para garantizar que las decisiones se tomen de forma que beneficien a todos por igual.
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No riegues las plantas a cualquier hora
Si tienes un balcón a la calle, evita regar las plantas durante el día, ya que vas a mojar a los peatones y puedes causar molestias a los otros vecinos, riégalas durante la noche, que es cuando hay menos afluencia en la calle. En cualquier caso, no debes derramar el agua.
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Menciona los problemas y preocupaciones que surjan
Si un vecino nota algún problema en la comunidad, como una fuga de agua, un fallo en la seguridad o deterioro en áreas comunes, es importante denunciarlo a la Comunidad de vecinos. La notificación oportuna de problemas ayuda a mantener a todos seguros y, al mismo tiempo, evita que los problemas empeoren. Si un vecino causa un desperfecto, esta persona debe asumir las consecuencias, ya sea poniéndole remedio o bien abonando de su bolsillo. También existen los seguros de comunidades, que se encargan de solucionar estos conflictos.
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Normas para mascotas
En el caso de tener mascotas, debes controlar al animal por las zonas comunes para que no cause desperfectos o ensucie y también evitar los ruidos, sobretodo, por las noches, aunque de día también es recomendable.
Para los propietarios
La Ley de Propiedad Horizontal recoge una serie de derechos y obligaciones con las que los vecinos deben cumplir para lograr el bienestar de todos, en especial cuando son propietarios. Así, si un propietario es elegido presidente de una comunidad, tiene la obligación de asumir el cargo que se le ha otorgado. La excepción sería posible si la persona presentara una causa justificada (enfermedad, discapacidad…) ante el administrador de fincas.
Los propietarios también tienen la obligación de informar al secretario de la comunidad de cualquier cambio en la titularidad de su inmueble y también deberán facilitarle los datos del nuevo propietario. En dicha leyencontramos el derecho de voz y voto, que otorga el derecho a asistir a las juntas y a votar en las mismas; así como el derecho a cambiar ciertos elementos arquitectónicos e instalaciones de la propiedad, siempre y cuando esto no implique una alteración de los elementos comunes de la finca.