¿Alguna vez te has puesto una prenda y has sentido que tu rostro se ilumina, tus ojos brillan más o tu piel parece más suave? O, por el contrario, ¿has notado que ciertos colores te apagan, te hacen parecer cansado o resaltan imperfecciones? La respuesta está en la colorimetría, una herramienta fascinante que te ayuda a descubrir qué tonos armonizan con tus características naturales para potenciar tu belleza.
La colorimetría es el estudio de cómo los colores interactúan entre sí y, más específicamente, cómo se relacionan con el tono de tu piel, el color de tus ojos y el color de tu cabello. No se trata de seguir modas pasajeras, sino de entender qué paleta de colores te favorece intrínsecamente, permitiéndote elegir ropa, accesorios, maquillaje e incluso el tono de tu cabello para proyectar una imagen más vibrante y segura.
¿Cómo funciona la colorimetría?
La teoría más extendida en colorimetría clasifica las personas en cuatro categorías principales, inspiradas en las estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. Cada estación se asocia con un conjunto de características de color específicas (temperatura, profundidad e intensidad) que se reflejan en tu pigmentación natural.
- Temperatura de la piel: Es el factor más importante. ¿Tu piel tiene un subtono frío (azulado, rosado) o cálido (amarillo, dorado, melocotón)? Un truco sencillo es observar tus venas en la muñeca: si se ven más azuladas o violáceas, tu subtono es frío; si se ven más verdes, es cálido.
- Profundidad del color: Se refiere a si tus colores naturales son claros u oscuros.
- Intensidad: Indica si tus características son suaves (apagadas) o brillantes (vivas).
Una vez que identificas tu estación, te corresponde una paleta de colores:
Primavera: A una persona con un subtono de piel cálido, cabello y ojos claros le van bien los bonos cálidos, claros y brillantes como el coral, melocotón, verde menta, turquesa, amarillo suave, beige dorado, marfil.
Verano: A una persona con un subtono de piel frío, cabello y ojos claros le favorecen los tonos fríos, suaves y empolvados como el azul cielo, rosa empolvado, lavanda, verde agua, grises suaves, blancos puros.
Otoño: A una persona con un subtono de piel cálido, cabello y ojos oscuros le quedan bien los tonos cálidos, profundos y terrosos como la verde oliva, mostaza, naranja quemado, marrón chocolate, terracota, oro viejo, granate.
Invierno: A una persona con un subtono de piel frío, cabello oscuro y ojos intensos con un alto contraste entre cabello y piel le favorecen los tonos fríos, intensos y puros como el negro, blanco puro, fucsia, azul real, verde esmeralda, morado intenso, rojo vibrante, y plata.
Los beneficios
Para empezar a experimentar los efectos de la colorimetría ponte frente a un espejo con buena luz natural (sin maquillaje ni joyas). Sostén diferentes telas o prendas de colores puros (rojo, azul, verde, amarillo) cerca de tu rostro. Observa cómo reacciona tu piel: ¿se ve más radiante o apagada? ¿Tus ojos destacan o se ven menos vivos? Presta especial atención a cómo se ven los tonos fríos (azules, platas) versus los cálidos (dorados, naranjas). Una vez que conozcas tu paleta, empieza añadiendo prendas nuevas en tus colores clave y combinándolas con lo que ya tienes.
Aplicar los principios de la colorimetría en tu vida diaria tiene múltiples ventajas que van más allá de lo estético:
-Ilumina tu rostro: Los colores adecuados pueden reducir la apariencia de líneas de expresión, ojeras y manchas, haciendo que tu piel luzca más uniforme y luminosa. Te verás más fresco y descansado.
-Resalta tus ojos: Los tonos que complementan el color de tus ojos los harán parecer más intensos y brillantes, capturando la atención.
-Armoniza tu cabello y piel: Un color de cabello bien elegido puede realzar tu tono de piel y darle un aspecto más saludable y juvenil.
-Optimiza tu armario: Saber qué colores te favorecen te permite construir un armario más cohesivo y funcional. Comprarás con más inteligencia, eligiendo prendas que realmente te sienten bien, lo que te ahorrará tiempo y dinero.
-Aumenta la confianza: Proyectar una imagen armoniosa y cuidada te hace sentir más seguro en cualquier situación social o profesional.
-Simplifica tus elecciones: Al conocer tu paleta de colores, elegir qué ponerte, qué maquillaje usar o incluso el color de tu marco de gafas se vuelve mucho más fácil y rápido.
