Happy Senior Couple Working And Harvesting Vegetables From Their Garden.

Descubre tu propio ‘ikigai’

Son muchas las personas que han estudiado el estilo de vida de las comunidades con una mayor esperanza de vida, buscando obtener una respuesta o modelo a imitar. Entre los lugares destacados, se encuentran las islas de Okinawa, en el extremo sur de Japón, históricamente conocidas por su longevidad. El escritor y explorador de National Georgraphic, Dan Buettner, constató que los okinawenses tienen menos cáncer, enfermedades cardíacas y demencia que los estadounidenses, y las mujeres allí viven más que cualquier otro lugar del mundo. De hecho, el número de centenarios por cada 100.000 habitantes es de 24,55, muy superior a la media mundial. Cuando se estudian los motivos por los que los habitantes de estas islas viven más que en ningún otro lugar del mundo, se cree que, más allá de la alimentación, la vida sencilla al aire libre, el té verde o el clima, una de las claves es el ikigai que rige su vida.

Entre sus costumbres, destaca el cultivo de una poderosa red social llamada moai, un círculo de amigos para toda la vida que apoya a las personas hasta la vejez, así como que tienen un fuerte sentido de propósito en la vida, una fuerza impulsora que los japoneses llaman ikigai y se traduciría como “la felicidad de estar siempre ocupado”. De acuerdo con la cultura japonesa, todas las personas tienen un ikigai, y para Dan Buettner es una de las razones por las que la gente tiene una vida larga y feliz.

Tener un propósito

Nuestro ikigai no está necesariamente ligado a la situación económica personal o al estado actual de nuestro entorno, no depende de él ni son acciones que nos vemos obligados a llevar a cabo, sino actividades naturales y espontáneas que nos llenan de felicidad, aunque sea de una forma imperceptible, rutinaria y sencilla.

En su libro Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz (@megustaleer), Francesc Miralles y Héctor García explican que la importancia de fijarnos en nuestro interior en vez de en los estímulos exteriores nos conduce a descubrir esta motivación vital. A través de la práctica continua de notar lo que nos sienta bien, poco a poco podemos ir descubriendo aquello por lo que sentimos pasión. Para los autores, tus habilidades, tus intereses, tus deseos o tu historia te convierten en el candidato perfecto para algo, y todo lo que tienes que hacer es encontrarlo para que cada día de tu vida sea alegre y significativo.

Para saber cuál es nuestro ikigai, Francesc Miralles aconseja, como punto de partida, responder cuatro preguntas: ¿cuál es mi elemento?, ¿con qué actividades se me pasa el tiempo volando?, ¿qué me resulta fácil hacer? y ¿qué me gustaba cuando era niño? Cultivar el jardín, participar de la comunidad, cocinar, mantenerse activo, cuidar de uno mismo y de nuestros allegados… las respuestas son infinitas. Pero, además, en la cultura japonesa el ikigai no es completo si la meta marcada no implica un servicio a la comunidad.

El neurocientífico Ken Mogi, autor de numerosos artículos sobre neurociencia cognitiva y libros sobre los secretos de la longevidad, destaca en su libro Awakening Your Ikigai los pilares necesarios para permitir que tu pasión interior florezca. Para Mogi ikigai puede ser algo muy pequeño, como llevar a pasear a tu perro, o muy grande como tu objetivo final en la vida. Pero el ikigai no es completo si la meta marcada no implica un servicio a la comunidad. Todo el mundo quiere ser útil y, por ello, el compañerismo es uno de los recursos más importantes para desarrollar nuestro ikigai.