La escritora Empar Moliner se dio a conocer con la antología de relatos L’ensenyador de pisos que odiava els mims (El enseñador de pisos que odiaba a los mimos), al que le siguió la novela Feli, esthéticienne, Premio Josep Pla 2000. En 2022 ganó el premio Ramon Llull con su última novela Benvolguda (Querida), que tiene como protagonista a una mujer de más de cincuenta años que anticipa que su marido, diez años menor, se enamorará de otra mujer. Gran observadora de la realidad y la cotidianidad que nos rodea, Empar también colabora habitualmente en distintos medios de comunicación, de radio, televisión y prensa.
-¿Qué supuso para ti ganar el premio Ramon Llull?
Ganar un premio siempre es una ayuda de cara a las ventas. Mucha gente dice “me voy a comprar este libro que ha ganado este premio” y mucha otra gente dice al revés: “este no me lo voy a comprar porque ha ganado este premio”. Pero es una plataforma: cuando te dan el premio, tienes que contar tu novela y todavía nadie se la ha leído, solo el jurado. Pensé que cuando contara que es una mujer que llega a la menopausia se harían el harakiri. En realidad, la novela no trata de eso, pero es una parte importante. Se han hecho programas y se ha escrito mucho sobre la menopausia, pero no se ha hecho literatura. Es lógico, ¿no?, no se ha querido novelar ese momento. Tampoco las autoras que nos preceden. Ya se entiende que las hermanas Brontë no decidieran que esta cuestión fuera literaria, pero lo es. Como lo es todo en la vida.
-¿Cómo te inspiras para el argumento de la novela?
Me inspiro en lo que veo a mi alrededor, siempre. Empecé a escribir en el año 99 y siempre me preguntan: “¿esto está basado en hechos reales?” porque yo casi siempre tiro de realismo. Me gusta la descripción de una cierta sociedad, i para hacerlo hay que formar parte, así la crítica es más sangrienta. Lo único que tienes que hacer es ver dónde te colocas: más abajo, más arriba, a un lado… esa es la cuestión. Mi novela es en primera persona, y la primera persona te pide una honestidad que, si no está, el lector en la página 15 ya te ha abandonado. Como es una mujer y comparte edad conmigo, es lógico que la gente diga: ¿eres tú? No, no soy yo. De hecho, hay un autor que me gusta mucho, Philip Roth, que se pasa la vida escribiendo sobre el declive sexual masculino, y lo hace desde el conocimiento, naturalmente… pero nadie le pregunta si es él.
Por ejemplo, en el 99, cuando empecé a escribir mi primer libro, estaba muy de moda pintar las paredes de amarillo y tener sofás azules, y entonces en mis cuentos hice que en todas las casas hubiera paredes amarillas y sofás azules y una amiga me dijo: “es mi casa, ¿no?”, y yo le dije: “también es mi casa, fíjate, yo también tengo sofás azules y paredes amarillas”, entonces todo está inspirado en hechos reales y todo es ficción.
-A día de hoy, ¿la menopausia ha perdido las connotaciones negativas?
Claro, en otras épocas no se había escrito una novela que hablara de ella. La menopausia es como hacerse viejo, ni positivo ni negativo. Yo pienso que, en mi caso, todo lo que hago que me encanta hacer, sería mejor con 10 años menos. Pienso que todo lo que haces en la vida sería mejor con 10 años menos, excepto cuando tienes 18… Es cierto que ahora dicen que los 50 son los nuevos 40. Yo fui a la vacuna del covid (que iba por generaciones) y miraba a los de mi cola, los de mi generación, y pensaba “Qué guapos son todos” y muchos iban con cazadoras de cuero, como yo misma. Mucha gente dice “queréis ser jóvenes”, ¿y qué?, ¿pasa algo? Iremos con cazadoras de cuero hasta que nos muramos y punto. Queremos parecer lo que nos dé la gana. Pues los vi guapos a todos y pensé “no estamos tan mal todavía”.
-¿Cómo vives el paso del tiempo?
Yo siempre he hecho las cosas un poco más tarde de lo que me tocaba, y es una suerte brutal. Por ejemplo, tuve a mi hija cuando me quedaban 15 días para cumplir los 40, y eso hizo que la década de los 40 a los 50 fuera extraordinaria, maravillosa, un festival… Y ahora mi hija tiene 16 y sigue siendo un festival. Y hemos hecho un cambio de vida enorme: nos hemos ido a vivir a una masía, que era un sueño que teníamos desde hacía mucho tiempo. A 40 minutos en coche desde Barcelona, en la comarca del Bages.
-Tú te vas del pueblo con 17 años, ¿y entonces qué pasa?
Sí. Me fui con una compañía de teatro que pasaba por ahí, a hacer el hippie. Nos fuimos a Gallecs, a una zona donde había muchas masías que habían expropiado para hacer un complejo industrial que nunca se hizo. Okupamos una masía que se llamaba Casa Nova (Casa Nueva), y hacíamos muchas cosas: por ejemplo, venía el cocinero Pep Salsetes i hacíamos de comer y cosas de hippies…
-¿Qué tiene de bueno cumplir años?
No lo sé, de momento no le encuentro ninguna gracia, me parece que comiendo lo mismo te pones más gordo, y eres más intolerante a la lactosa. Pero, por ejemplo, siempre miro a la gente mayor de este pueblo donde vivo y los veo muy sanos porque caminan y trabajan en el campo. Tengo amigos que se están jubilando y los veo más guapos y con ganas.
-¿Cómo descubres tu pasión por escribir?
Desde siempre: yo ganaba los concursos literarios en el colegio, tenía matrículas de honor, leía de todo. Mi abuelo recibía la revista Patufet y yo me las leía todas, ahora las tengo encuadernadas. Leer es escribir. Aunque ahora hay escritores que no leen, igual que hay cocineros que no comen, no lo entiendo.
-¿Cómo defines tu estilo? ¿Y cómo es tu proceso creativo?
No lo sé explicar del todo: hay cosas literarias, como los artículos, que son una obligación diaria; pero hay otras que tienes que hacer cuando no puedes evitarlo, a veces una chispa te lo da todo. Pero sí que tengo una rutina de escribir.
-¿Qué es lo que más te gusta: la novela o los medios de comunicación?
Escribir artículos me gusta mucho, ahora, por ejemplo, en el periódico Ara hago un artículo sobre vino que me gusta mucho. Y en Catalunya Ràdio también hago un programa de vinos.
El cuento y la novela son lo que no puedes evitar, son lo que más me gusta.
-¿Cuáles son tus escritores de referencia?
Philip Roth y Martin Amis, que murió hace poco. Amis es un autor extraordinario, no lo puedo admirar más; es un autor controvertido, complicado, quizás el que más me ha marcado de los contemporáneos.
-¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo? ¿Cómo te planteas el futuro?
Sí, estoy trabajando en una cosita… Mi futuro ideal es ir escribiendo, pero siempre hay cosas que me gustan: un programa de gastronomía, la página de vinos… Ahora, por ejemplo, voy a hacer un curso para estudiantes. Haciendo estas cosas me lo paso bien y bajo a la ciudad.