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Judit Mascó: “Desde mi profesión y notoriedad he podido contribuir a crear una sociedad más justa y equitativa, algo que da sentido a mi vida”

La catalana Judit Mascó es una de las primeras modelos internacionales de la industria española y una de las más reconocidas de los años 90. Pero su carrera no se ha limitado solo a la moda, sino que también ha presentado un programa de televisión, ha escrito varios libros y ha amadrinado eventos de todo tipo. Hablamos con ella de su vocación solidaria, que la vincula a Oxfam Intermón, Amics de la Gent Gran o la fundación Ared, y de sus proyectos actuales.

-Judit, tu labor filantrópica es admirable. ¿Qué te motivó a involucrarte con la fundación Ared?

Hace 30 años que en la fundación Ared creamos nuevas oportunidades para mujeres en situación de vulnerabilidad y en riesgo de exclusión sociolaboral. Mujeres que viven en nuestros barrios y ciudades, que han sufrido violencia de género o han estado privadas de libertad. No he podido tener una mayor motivación que colaborar con el equipo Ared para conseguir fomentar su autonomía a través de la formación, programas de inserción y acompañamiento integral, para que encuentren un trabajo digno, sean independientes y libres, y puedan romper el círculo de la pobreza, dándose ellas mismas nuevas oportunidades y dándoselas a sus hijos.

No hay nada más grande que crear nuevas oportunidades para los que más las necesitan. Involucrarme y comprometerme con la igualdad de género, la justicia social y el respeto a los derechos humanos me hace ser consciente de las desigualdades y de lo afortunada en oportunidades que he sido. Desde mi profesión y notoriedad, pudiendo ser altavoz, he podido contribuir a una sociedad más justa y equitativa, que le da sentido a mi vida.

-Al frente de la fundación Ared, ¿qué logros te han llenado de mayor satisfacción?

El impacto social y los resultados son logros muy satisfactorios, pues acompañamos a unas 1.300 personas anualmente e insertamos a 354 personas en el mercado laboral. Satisfacción también al lograr colaboraciones en red y crear alianzas empresariales, pues aportamos soluciones a problemas sociales, y logro al crear un impacto social cualitativo en nuestra sociedad. Dar formación profesional y acompañar a las mujeres para empoderarlas personal y profesionalmente y mejorar su bienestar físico y psíquico desde una perspectiva integral son algunos de los motivos que me llenan de satisfacción. Colaborar con una empresa de inserción y saber que nuestro impacto social reduce las desigualdades, crea nuevas oportunidades y transforma vidas es lo que hace que esté estrechamente involucrada con el equipo y como presidenta después de 28 años en la fundación Ared.

-¿En qué otras organizaciones o causas solidarias estás involucrada actualmente? ¿Qué aporta a tu vida esta labor?

Me gusta sentirme involucrada en las causas con las que me siento afín y, por ese motivo, suelo tener largas relaciones con los proyectos o entidades con los que colaboro. Treinta años hace ya que colaboro con Oxfam Intermón y que conozco su trabajo. Estoy convencida de que su labor es una vía perfecta para favorecer el desarrollo de las comunidades que viven marcadas por el estigma de la pobreza. Ayudar a la gente a vivir y a salir adelante por sí misma es en lo que me siento identificada. Y también colaboro desde hace muchos años con Amics de la Gent Gran, fundación de voluntariado que lucha contra la soledad de las personas mayores, entre otras cosas. Este tiempo dedicado me aporta vivir con sentido o, dicho de otra manera, darle a la vida sentido.

-¿Podrías hablarnos de tus proyectos actuales, tanto en el ámbito profesional como personal?

En el ámbito profesional estoy muy activa en colaboraciones con diferentes medios de comunicación, tanto en la radio como en diferentes canales de televisión, con espacios propios o compartidos. Es una faceta en la que me siento muy a gusto y aprendo de los demás. Además, actualmente, soy la embajadora global de una prestigiosa marca de cosmética, Isdinceutics, de Isdin, con la que me siento muy afín compartiendo valores y siendo la imagen de sus anuncios de televisión y eventos internacionales y nacionales. En mi tiempo personal, dedico muchas horas a la fundación Ared que presido, y por supuesto un tiempo precioso de calidad a mi familia y amigos.

-¿Cómo vives el paso del tiempo? ¿Qué te preocupa y qué te ilusiona de esta etapa de tu vida?

Lo vivo poniendo más de mi parte porque soy consciente ahora más que nunca de que hay que aprovechar cada momento, con la mejor actitud posible, para darle sentido a la vida que a veces no nos lo pone fácil, pero es maravillosa. El tiempo me va enseñando que el trabajo y la hiperconexión facilitada por las tecnologías pueden ser una trampa de la que cueste salir. Ahora empiezo a plantearme nuevas formas de entender la vida. Me encanta mi trabajo, pero también quiero tiempo de calidad para mí misma.

En mi entorno más cercano, me preocupa el posible sufrimiento de mis seres queridos y, si miro más allá, me preocupa la falta de empatía de unos hacia otros, las personas que viven guerras terribles o la falta de derechos humanos. Y me ilusionan los retos, encontrar motivaciones nuevas y poder disfrutar desde la gratitud. En esta etapa de mi vida, me siento más disfrutona y con menos presión, y con la paz de haber hecho un largo recorrido familiar y profesional.

 

Fotografía de Antonio Terron

A lo largo de tu exitosa carrera, has aprendido valiosas lecciones. ¿Cuáles son algunos de los aprendizajes vitales que te gustaría compartir con las nuevas generaciones?

Hay que ir y trabajar siempre por las energías que dan vida, y apartarnos de las energías que nos la quitan. Basar la felicidad de futuro en lo que soy, no en lo que tengo, porque eso es lo que perdura para siempre, trabajarnos la seguridad personal y la autoestima, que es la base de la plenitud de cada uno de nosotros. Hacer que las cosas pasen, no esperar. Trabajar la habilidad de la empatía, que es saber captar los sentimientos de la otra persona y hacérselo saber, nos hace conectar con la gente, y para mí es un valor muy importante en mi vida. Otro aprendizaje vital que me ha funcionado y que para mí es fundamental es un principio budista que dice: “Lo que resistes persiste, lo que aceptas se transforma”. Que los miedos y la ambición no sean nunca fuente de motivación. Y ojo con las grandes expectativas, porque a veces son exigencias que provocan frustraciones. Otra lección que he aprendido es que las cosas las vemos tal como somos nosotros, no tal como son. Vale la pena saberlo para poder poner de nuestra parte con nuestra actitud. Y, por último, cultivar las tres R: respeto hacia ti mismo, respeto hacia los demás y responsabilidad por tus actos. Al final, lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

-Hiciste tu primer anuncio a los 13 años. ¿Recuerdas cómo descubriste tu vocación?

Todo surgió por casualidad. Después de mi primer anuncio de televisión, siendo una niña, fue a base de trabajar en publicidad y en fotografía que fui dándome cuenta, poco a poco, de que este era el trabajo que me gustaba y por el que sentía pasión.

-¿Qué le dirías a tu yo del pasado?

Que ojalá hubiera sabido disfrutar más y sufrir menos con mis inseguridades propias de la edad tan temprana a la que me dediqué profesionalmente a este mundo competitivo de adultos. Aun así, todo tiene un porqué y ahora valoro la gestión que hice de las emociones y de cómo supe tomar las riendas de mi carrera profesional con la ayuda, por supuesto, de mi familia y mi representante. Pero nada fue fácil.

-El mundo de la moda es muy exigente. ¿Cómo has logrado mantener un equilibrio entre tu vida profesional y personal?

Mi trabajo me gusta mucho y me siento realizada haciéndolo, pero el tiempo es como un rompecabezas, hay sitio para muchas piezas, solo hace falta encajarlas bien y no querer colocar más piezas de las que caben. Aunque cueste, con organización y ayuda, se puede llegar a todo y todo tiene su medida y sus prioridades según las etapas de vida. Realmente las mujeres lo tenemos difícil, pues tenemos que renunciar para poder conciliar. Queda mucho trabajo por hacer en este aspecto. Con la maternidad, gestionar el tiempo tanto profesional como el personal no resulta nada fácil. Mis hijas son mi prioridad, pero intento siempre encontrar tiempo para mí y para mi relación de pareja y mis amigos.

-¿Te queda algún sueño por cumplir?

¡Muchos! Pero, por ahora, diría que poder tirar adelante los retos propuestos personales y profesionales y no perder la ilusión.