Locutor de radio, presentador de televisión, empresario de la comunicación. Todo el mundo conoce a Justo Molinero, quien en la actualidad sigue presidiendo Grupo TeleTaxi, una red de emisoras con cobertura total en Cataluña y el Principado de Andorra, aunque se puso delante de un micrófono casi por casualidad, como él mismo explica. A lo largo de 40 años, y con su particular estilo, Justo Molinero ha cautivado a sus audiencias. Y lo sigue haciendo a través de su programa El Jarotero.
Solo tenía 17 años cuando vino con su familia de Villanueva de Córdoba a Santa Coloma de Gramanet en busca de una oportunidad para desarrollarse. Llegó el 9 de noviembre de 1967 y desde el principio se dio cuenta de que había que ponerse a trabajar. También recuerda que la ciudad estaba en plena construcción y que muchas casas aún tenían huerto.
Adquirió una licencia de taxi por la ciudad de Barcelona y creó su primer servicio a demanda con la interconexión de los vehículos a través de una central de distribución, TeleTaxi, gracias a la cual dinamizó el servicio.
En la actualidad, los estudios de Mataró, juntamente con los de Santa Coloma de Gramanet y Tarragona, son punto de referencia para los cientos de oyentes que visitan las instalaciones para disfrutar en vivo y en directo de la realización de los programas. Presidentes del Gobierno, presidentes de la Generalitat, el Papa Juan Pablo II, portavoces de todos los partidos políticos, alcaldes, gente significada por su actividad cívica y cultural han sido y son asiduos de su programa.
-Viniste a Santa Coloma de Gramanet con 17 años. ¿Recuerdas cómo fue la llegada desde Villanueva de Córdoba?
Vinimos en un autocar desde Villanueva hasta Santa Coloma. Llegamos hasta aquí después de haberse averiado el autocar. Como mi hermano Marcos y yo éramos mecánicos, lo arreglamos.
-¿Cómo era Santa Coloma en 1967?
No tenía nada que ver con la de hoy, porque entonces no estaban ni las calles arregladas, ni había alcantarillas.
-¿Qué recuerdos tienes de tus inicios profesionales?
Tengo recuerdos muy bonitos de cuando empecé de mecánico en el taller del Sr. Domènech, al lado de la Ciudadela, en Barcelona. Allí conocí a un chico, cuyo padre era taxista, que me explicó cómo era este trabajo, y me gustó.
-¿Cómo nació Radio TeleTaxi?
Barcelona se preparaba para la celebración de los mundiales de fútbol del año 1982. En ese momento teníamos una compañía de taxis con radioteléfono. Pensé que, durante el Mundial, como vendría tanta gente, era probable que se perdieran muchos objetos y que una emisora de radio para comentar estas pérdidas o incidentes podía ser útil y, de paso, anunciar a nuestra compañía de taxis.
-¿Y cómo acabas siendo locutor radiofónico?
Yo no pensaba hacer de locutor, pero el chico que hacía el programa de las mañanas lo dejó y me dejó colgado, por eso empecé yo. Para salir del paso, me puse yo mismo delante del micrófono. Le doy las gracias cada día.
-Actualmente el Grupo tiene una red de emisoras con cobertura total en Cataluña y Andorra. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Saber que cuentas con el cariño de la gente cada día; eso es maravilloso.
-¿A qué personajes te ha gustado más entrevistar?
Yo disfruto mucho en las entrevistas, pero cuando entrevisté al Papa Juan Pablo II, fue muy emotivo.
-Recientemente te han nombrado Hijo Adoptivo de Mataró y tienes el Premio a la labor de la difusión de la música, un Premio ONDAS, el Premio Nacional de Comunicación, el Premio Fundación FECAC y la Cruz de Sant Jordi. ¿Qué significan para ti estos reconocimientos?
Los reconocimientos los agradezco muchísimo, en este país tendríamos que ser todos más agradecidos.
-¿Te queda algún sueño por cumplir?
Que ojalá alguno de mis hijos quiera dedicarse a la radio y tenga continuidad.
-¿Crees que el talento sénior está suficientemente reconocido?
Bueno sí, seguro que tarde o temprano se reconoce.
-¿Has pensado en la jubilación?
No, no, yo soy eterno.
-¿Qué te gusta hacer en el tiempo libre?
Disfrutar de mi mujer, mi familia y mis compañeros de trabajo; ellos son mi vida.