Lluís Bassat está considerado uno de los mayores expertos mundiales en creatividad como demuestran los más de 400 premios y distinciones recibidas. En 1975, fundó la agencia de publicidad Bassat & Associats, que años más tarde se convertiría en el importante grupo de comunicación Bassat Ogilvy. Actualmente dedica buena parte de su tiempo libre a la Fundación Privada Carmen & Lluís Bassat.

-A lo largo de los años has reunido 2500 cuadros originales, muchos artistas catalanes contemporáneos. ¿Qué criterios has seguido para configurar tu colección?
El único criterio que hemos seguido mi mujer y yo para comprar obras de arte es que nos gustaran, que nos emocionaran, que nos hicieran batir el corazón. Y la única limitación ha sido el precio.
-En 1968 empezaste la colección con tu mujer Carmen, que ha dado fruto ya a más de 54 exposiciones en los últimos años. ¿Cómo nace su pasión por el arte?
Yo ya de pequeño iba con mis padres a ver exposiciones de arte en galerías y museos de Barcelona. Cuando nos hicimos novios con Carmen lo seguimos haciendo. Y no hemos dejado de hacerlo.
Por mi trabajo he viajado por todo el mundo y creo que puedo decir que conozco un número muy importante de museos de muchas ciudades estadounidenses, sudamericanas, europeas y asiáticas.
-Colección Bassat Obras del siglo XXI (II) se puede ver en la Nau Gaudí de Mataró hasta el 22 de septiembre. ¿Qué podemos esperar de esta exposición? Seguramente es la exposición más contemporánea que hemos hecho hasta ahora. Abstracción del siglo XXI, que curiosamente gusta mucho a la gente que la va a ver. En octubre inauguraremos otra exposición, esta vez figurativa, también del siglo XXI, que estoy seguro de que también tendrá mucho éxito. -Después de estudiar asignaturas de Derecho y Económicas, a los 25 años creas tu primera agencia de publicidad y en 1975 fundas Bassat & Associats. ¿Cómo comienza esta historia de éxito? Después de hacer un año de Derecho y cuatro de Económicas, sin que encuentres el interés en ser abogado o economista, descubrí un posgrado en la Escuela de Ingenieros de Barcelona para que los ingenieros que quisieran dedicarse a la dirección general de empresas, en lugar de una dirección técnica, tuvieran conocimientos de marketing, publicidad, investigación de mercados, etc. Y yo, que fui un buen estudiante en el colegio, pero no en la universidad, en el postgrado saqué todo excelentes, dos matrículas de honor y dos ofertas de trabajo por parte de los profesores de marketing y publicidad. No las acepté y abrí a mi propia agencia con una secretaria. -En la época de la universidad querías ser músico, pero tu padre te lo quitó de la cabeza… ¿Qué le dirías ahora a ese joven Lluís? Que mi padre estaba en lo cierto. Me preguntó si nuestro conjunto era tan bueno como aquellos ingleses que ya estaban tocando en un cabaret de Hamburgo, los Beatles. Y le dije que no, ni mucho menos. Entonces me aconsejó que me dedicara a alguna profesión en la que pudiera competir con los bonos del mundo. Y en la publicidad he tenido esa suerte. -Has comentado en alguna ocasión que en tu carrera profesional has intentado hacer una publicidad que venda el producto, construya marca y también haga algo por la sociedad. ¿Qué te ha dado la publicidad a ti? La publicidad me ha dado satisfacciones inmensas: ver cómo una campaña mía disminuía los accidentes de coche al salir de las discotecas; comprobar que con la campaña del Cruyff muchos jóvenes no empezaron a fumar; ser consciente de que cuando los padres se ponen el cinturón de seguridad y se los ponen a sus hijos en los asientos traseros, salvan vidas. También oí que puse mi granito de arena para que la gente saliera de casa y hiciera deporte con campañas como la de Adidas. Y por lo general, demostrar que con una buena campaña David puede ganar a Goliat. -Tu amplia experiencia en el mundo de la publicidad te ha llevado a escribir libros como “El Libro Rojo de la publicidad” y “El Libro Rojo de las marcas”. ¿Qué te motivó a compartir estos conocimientos y experiencias? Ayudar a los jóvenes a ganar tiempo en su profesión. A mí me costó más de 20 años aprender lo que dejé por escrito en estos dos libros. Y más de 30 años en los otros cinco, como “Inteligencia Comercial”. -Después de tu retiro en 2007, has continuado impartiendo conferencias sobre creatividad, gestión del talento, innovación, marketing y comunicación. ¿Qué es lo que más te gusta compartir con la audiencia en estas charlas? Lo mismo que con los libros, pero de forma directa, viendo las caras de la audiencia. -Buena parte de los recursos generados con tu actividad son para la Fundación Carmen & Lluís Bassat, constituida en 2000. ¿Qué proyectos impulsa desde la Fundación? Intentar ayudar a las personas más necesitadas y promocionar el arte contemporáneo catalán y español. -¿Qué desafíos y oportunidades crees que enfrenta la publicidad actualmente? ¿Cómo afectará a la revolución de la inteligencia artificial en el sector? La introducción de Internet es equiparable a la llegada de la publicidad televisiva hace muchos años. Quizá sea incluso más importante y eso que todavía no hemos visto todo su potencial. Si yo fuera un joven publicitario me dedicaría a aprender todo sobre este nuevo mundo de Internet sin olvidar a los otros medios de comunicación. La inteligencia artificial está influyendo ya en la comunicación actual. El otro día mi nieta me hizo escuchar una conferencia mía que no la había hecho yo. Estaba hecha por la inteligencia artificial y esto puede ser una oportunidad o un peligro, por lo que debe legislarse convenientemente. -También has mencionado en alguna ocasión que tu vida ha sido tu familia, “sentirte querido por la gente”. ¿Qué papel ha jugado la familia en tu éxito? Yo no habría hecho lo que he hecho sin Carmen, que tuvo el valor y la inteligencia de hacer la carrera de publicidad cuando ya teníamos dos hijas y la finalizó cuando acababa de nacer nuestro tercer hijo. Ahora mismo, muchas de las cosas que hago las puedo hacer gracias a la opinión de mis hijos y de mis nietos.


