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Los adultos mayores que usan tecnología muestran menos deterioro cognitivo

En la era digital en la que vivimos, la relación entre el uso de la tecnología y la salud cerebral, especialmente en la población adulta mayor, ha sido objeto de debate y preocupación. Se ha acuñado incluso el término “demencia digital” para describir un supuesto deterioro cognitivo derivado de la exposición constante a pantallas y la dependencia tecnológica. Sin embargo, un reciente y exhaustivo metaanálisis, publicado en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour en abril de 2025, ha arrojado luz sobre esta cuestión, ofreciendo una perspectiva muy diferente y, en muchos aspectos, esperanzadora.

Este monumental estudio, que analizó datos de más de 411.000 adultos mayores de 50 años (con una edad media de 69 años) provenientes de 57 investigaciones anteriores, desafía directamente la noción de la “demencia digital”. Sus hallazgos son claros y contundentes: el uso de tecnologías digitales no solo no parece dañar la capacidad cognitiva, sino que se asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo y tasas más lentas de declive.

Menos riesgo de deterioro cognitivo

Los investigadores encontraron que el uso de tecnologías como ordenadores, smartphones e internet se vinculaba consistentemente con una reducción del 58% en el riesgo de deterioro cognitivo. Esto significa que las personas mayores que interactúan regularmente con herramientas digitales son significativamente menos propensas a experimentar problemas cognitivos a medida que envejecen. Además, el estudio también observó una tasa de declive cognitivo un 26% más lenta en estos usuarios de tecnología.

Esto subraya la importancia de considerar la tecnología como una herramienta valiosa en la estrategia para un envejecimiento saludable.

El estudio sugiere que los beneficios de la tecnología para la cognición en adultos mayores pueden deberse a múltiples factores que actúan de forma sinérgica:

  1. Estimulación Cognitiva Compleja: El uso de dispositivos digitales y la navegación por internet a menudo implican tareas que requieren atención, memoria, toma de decisiones y resolución de problemas. Estas actividades pueden actuar como un “ejercicio cerebral” que ayuda a mantener activas las vías neuronales y a fortalecer la “reserva cognitiva”, la capacidad del cerebro para resistir el daño y compensar los cambios relacionados con la edad.
  2. Conexiones Sociales: La tecnología, a través de videollamadas, redes sociales o plataformas de comunicación, facilita el mantenimiento y la creación de conexiones sociales. La investigación ha demostrado repetidamente que el aislamiento social es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo, mientras que una vida social activa lo protege. La tecnología puede ser un puente vital para combatir la soledad en la tercera edad.
  3. Andamiaje Digital (Apoyo Compensatorio): Las herramientas digitales pueden apoyo para tareas diarias que podrían volverse más difíciles con el paso de los años. Recordatorios en el móvil, navegación GPS, banca online o listas de compras digitales son ejemplos de cómo la tecnología permite a los adultos mayores mantener su independencia y funcionalidad. Este apoyo reduce la carga mental y la frustración, contribuyendo a una mejor calidad de vida y, por ende, a una mayor resiliencia cognitiva.

Este metaanálisis es particularmente significativo porque se centró en la primera generación que ha tenido una exposición prolongada a las tecnologías digitales desde la adultez. Estas personas, ahora en la edad en que los síntomas de la demencia suelen emerger, son los “pioneros digitales” que permiten entender mejor los efectos a largo plazo.

Además, los hallazgos de este estudio tienen implicaciones importantes para políticas de salud pública y programas de envejecimiento activo. Fomentar el acceso a la tecnología y promover su uso moderado y con propósito entre los adultos mayores podría ser una estrategia efectiva y accesible para prevenir el deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida en la vejez. Para ello, es fundamental educar y capacitar a las personas mayores en el uso seguro y efectivo de estas herramientas, destacando sus beneficios y desmitificando miedos infundados.