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Mariola Cubells: “Las mujeres nacidas durante la década de los 60 somos una generación para la historia”

La periodista y escritora Mariola Cubells nos habla en esta entrevista de su último libro, “Mejor que Nunca: Felices, imbatibles y pioneras”, un homenaje a una generación de mujeres que han roto moldes y conquistado su libertadEn esta inspiradora conversación, Mariola nos recuerda que la vida no tiene edad y que podemos construir una vida plena y satisfactoria más allá de los estereotipos.

 – Tus anteriores libros eran sobre tu experiencia con el medio televisivo ¿Cómo surge la idea para escribir el libro?

Yo soy periodista, pero llevo muchos años dedicada al análisis audiovisual y todo mi currículum de escritora viene vinculado a este medio. También colaboro con El País y la revista S Moda y hago muchos artículos vinculados a las preocupaciones de una mujer de 58 años. El libro es un encargo de la editorial Espasa que considera que mi punto de vista es interesante a la hora de abordar este tipo de historias para mujeres. Al principio no acabé de ver claro que yo fuera una voz autorizada en la materia, pero una vez me puse a escribir, me dí cuenta de que realmente tengo el relato en la cabeza y gracias a mi bagaje personal y profesional conozco a muchísimas mujeres escritoras, periodistas, científicas … a las que he entrevistado a lo largo de los años y están en esta franja de edad. Entonces me puse a escribir.

-¿Qué van a encontrar los lectores en tu libro?

Los lectores van a encontrar un relato generacional que cuenta quiénes somos, de dónde venimos, todo lo que hemos conseguido, en qué hemos sido pioneras… porque esta generación supuso un cambio de paradigma brutal, es decir, las mujeres que hace 30 años tenían 60 años son diametralmente opuestas a las mujeres o los hombres que tienen ahora mismo esta edad.

Por ejemplo, fuimos la primera generación de mujeres que acudió masivamente a la Universidad, que decidió tener hijos o no tenerlos, casarse o no casarse, que ha tenido más de una pareja, que no ha sacrificado su vida profesional por los hijos … En fin, que ha tenido una vida y que sigue teniendo una vida plena.

Somos perfectamente conscientes de que podemos convivir con otras generaciones sin amilanarnos porque vamos a ser muy longevos y vamos a envejecer de una manera mucho más optimista y mucho más luminosa que la anterior porque hemos sido y somos más hedonistas.

Y otra cosa muy importante es que se ha de seguir combatiendo el edadismo que todavía existe, sabiendo que es una lacra que no podemos consentir.

El libro es un homenaje a la primera generación de mujeres que se enfrentó al patriarcado ¿Consideras que es un libro feminista?

El libro es feminista sin duda alguna, como no podía ser de otra manera, pero, desde luego, no es un libro solo para mujeres. Muchos hombres lo han leído y se han quedado con la copla, porque es un libro que les ayuda a entender muchas cosas.

Me parece que los hombres de esta generación, al que les dedico todo un capítulo, también han transitado un camino nada fácil e incluso están ahora metidos en una transformación que no es sencilla. Han tenido que aprender muchísimas cosas y desaprender muchísimas otras. Tampoco nadie les dijo cómo tenían que llegar a este momento, cómo tenían que actuar con una generación de mujeres distinta.

Yo soy mucho más feminista ahora que hace 30 años porque antes lo vivíamos de una manera muy intuitiva, muy naif.

-Comentas que tu generación está mejor que nunca. ¿Por qué?

Al comenzar a escribir yo no era tan consciente de la potencia de ese relato, de ese ecosistema en el que muchas veces pensamos que no hay nadie. Las mujeres nacidas durante la década de los 60 es muy transversal. Este grupo somos una generación para la historia en todos los sentidos. Cuando me he puesto a escribir, me he dado cuenta de cosas en que las que no me había parado a pensar: de los logros que hemos conseguido esta generación, que son apabullantes. Te puedo garantizar que escribir el libro me envalentonó y me ha dado muchísimo coraje y muchísimo arrojo y eso que yo ya lo tenía de fábrica.

-¿Cómo vives tú la entrada a la sesentena?

Yo, ahora mismo, la vivo muy positivamente. Tuve un bajonazo impresionante, que está también relatado en el libro, cuando cumplí los 50, porque nunca había sido consciente de mi edad y de pronto un día me miré en el espejo y dije: ‘¿esta señora quién es?’ Pero pasaron unos años y me vine arriba y ahora vivo una plenitud personal y profesional. Me atrevería a decir que soy más lúcida, que tengo las cosas más claras. Hay una cosa que cuento en un capítulo que se llama Me importa un bledo y es que creo que cuando te haces mayor hay gran cantidad de cosas que te dejan de importar porque son absolutamente triviales y eso te da una ligereza enorme. Personalmente, me creo a pies juntillas el título del libro Mejor que nunca. Y, además, me he dado cuenta cuando doy charlas que el público empatiza muchísimo con este discurso, porque también es consciente de cosas que nunca había pensado antes, pero son importantes, y cuando pones negro sobre blanco empiezas a ponerlas en valor.

-Reivindicas que la edad es una actitud. ¿Qué les dirías a las mujeres que no han alcanzado este estado?

Hay mujeres de esta edad que no gozan de tantos privilegios como yo, pero incluso ellas tienen ahora posibilidades que antes no tenían. Tienen suficiente información y apoyos a su alrededor como para cortar por lo sano y quitarse de encima los mandatos sociales y culturales que las han perseguido toda la vida. Yo insisto mucho en que lo de la edad es una actitud porque lo fácil es arrinconarse, pero la edad está en tu cabeza, es un número solamente y si tú tienes una actitud combativa, una actitud fiera, una actitud valiente, una actitud segura, tus 60 realmente son los nuevos 40.

-¿Qué piensas sobre la idea de que la mujer se vuelve invisible con la edad?

Lo que cuenta en esa frase es el hombre que mira y decide que a partir de una determinada edad la mujer ya no es deseable sexualmente y se vuelve invisible. Yo, personalmente, creo que para muchas de nosotras llega un momento en la vida en que incluso es una liberación, porque yo quiero ser visible para mis amigos, para mis lectores, para mis oyentes, para mi pareja, para una persona a la que quiero, pero no quiero ser visible para según qué miradas. Tenemos que educar a una nueva generación sin esa frase.

-¿Ves edadismo en nuestra sociedad?

Por supuesto, pero algo está cambiando. Hace poco estuve en una charla en la Diputación de Barcelona sobre este tema y me sorprendió gratamente que haya tanta gente preocupada e interesada en implementar políticas nuevas para combatir el edadismo y estoy contenta porque creo que hace que hace 5 años no hablábamos de ello. Hablar de ello ya es un paso de gigante para combatirlo.

– Como periodista, analista audiovisual y experta en comunicación. ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Yo me tomo muy en serio mi trabajo y la verdad es que lo gozo muchísimo. Trabajé bastantes años en la televisión y no hice una tele de la que me sienta especialmente orgullosa. Pero cuando la dejé y me puse a escribir sobre ella me di cuenta de que a mí me gusta mucho el audiovisual, me parece que es un arma poderosísima para cambiar las cosas. El buen audiovisual es mágico porque cambia la vida de mucha gente, inaugura nuevos marcos mentales y eso es importantísimo.