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Carles Sans: “El humor es una herramienta que me sirve para todo”
A pesar de iniciar los estudios en derecho, Carles Sans decidió apuntarse en el Instituto del Teatro de Barcelona y dedicarse al mundo del espectáculo. Durante cuarenta años ha creado exitosas obras con Tricicle, y ahora despide su primera función en solitario, “¡Por fin solo!”, en el Teatro Poliorama de Barcelona, compartiendo divertidas anécdotas personales y profesionales con su característico gesto y también con la palabra.
-¿Qué te impulsó a crear un espectáculo en solitario después de tantos años con Tricicle?
Mi necesidad de continuar dedicándome a un trabajo con el que llevo cuarenta y siete años. Cuando Tricicle decidió decir adiós a los escenarios, tuve que pensar que quería hacer con mi vida profesional que es también la personal, porque todo va muy ligado. Y aquí es donde vi clarísimo que quería continuar como actor y tenía que hacer un proyecto en solitario.
-¿Cómo fue el proceso de escribir y montar «¡Por fin solo!»?
Estuve buscando textos e ideas que pudiera hacer en solitario, pero fue mi mujer la que me abrió los ojos al decirme que tengo centenares de anécdotas que cuando las explico mis amigos se mueren de risa, y que sería buena idea hacer un compendio de todas ellas. Es verdad que tuve dudas al principio, pero al empezar a volcar ideas sobre el papel vi que sí que tenía muchas anécdotas para compartir y todas muy locas y divertidas. Así es como nace la idea de la obra.
-¿Qué elementos de tu trabajo con Tricicle has mantenido y qué otros has dejado atrás?
Mi identidad como actor, mi gesto, se ve en cada minuto del espectáculo. Más allá del texto y de las cosas que explico, uno de los éxitos del espectáculo es cómo lo hago. El público reencuentra la gestualidad que me ha caracterizado durante los años de Tricicle.
-¿En la obra equilibras el humor con momentos más personales?
Expongo anécdotas muy locas, pero no busco la reflexión, sino cosas muy divertidas que pienso gustarán al público. Josep Pla decía que de la historia lo que más le gustaba era la anécdota y esto es lo que presento con esta obra.
-¿Cómo surge tu vocación de actor?
Ya se veía de pequeño que era muy travieso, muy payaso, muy divertido. Yo siempre había querido hacer radio y periodismo, pero mucha gente me decía que tenía que dedicarme al teatro. Nunca me lo había tomado en serio hasta que un día entré en contacto con este mundo y me di cuenta de que, efectivamente, era lo que quería hacer.
-Profesionalmente, también has pasado por el mundo del cine, la publicidad y la televisión, escribes artículos, y has coescrito dos libros. ¿Qué faceta has disfrutado más?
Todas las facetas que he practicado las he disfrutado, pero con la de actor es com la que me siento más como pez en el agua. Me gusta escribir semanalmente en El Periódico y en el diario Sport porque soy muy barcelonista y me gusta opinar de fútbol. Me siento muy a gusto. Pero mi punto fuerte es ser actor, que es con lo que me he ganado la vida.
-Después de tantos años en el mundo del espectáculo, ¿qué te continúa motivando para subir al escenario?
Me motiva mucho la risa del público, su reacción. Ver que estás explicando cosas y que el público se lo pasa tan bien hace que me lo pase bien yo. Es la comunión constante con la gente lo que me incentiva cada día a subir al escenario y repetir una y otra vez un espectáculo con el que ya llevo cuatro años y del que he hecho entre 350 y 400 representaciones… pero no me agota ni me cansa, sino que me divierte. Esta es una obra que ha gustado mucho, y cuando encuentras una joya así te apetece mucho representarla cada día.
-¿Qué es el humor para ti?
El humor es una manera de vivir. Yo, en mi vida cotidiana, utilizo el humor constantemente. Es una herramienta que me sirve para todo: para relacionarme, para vivir… Sin humor no entiendo la vida.
-¿Cuáles son tus miedos como artista?
Yo creo que todos los artistas y creadores deben tener miedos. Para que las cosas salgan bien es imprescindible que te cuestiones y tengas dudas … Este oficio comporta mucho el miedo porque dependes de un público que te tiene que venir a ver, y hace falta que le guste lo que ve para que, cuando llegue a casa, lo explique y venga más gente a verte. Todo esto genera muchas incertidumbres. Pero tener miedo va con el oficio de actor.
-¿Cuál dirías que ha sido el momento más importante o significativo a tu carrera?
Hay unos cuantos. Cuando decidí dejar la carrera de derecho y hacer teatro fue un acierto, cuando decidí formar, con Joan y Paco, una cosa que se llama Tricicle y que después creció como la espuma y tuvo un éxito global también fue un acierto… y así ha habido muchos momentos a lo largo de mi carrera. Cómo lo ha estado continuar con un espectáculo en solitario, cosa que unos años atrás no me lo hubiera ni planteado. Son decisiones que cuando se toman lo haces con miedo, como decíamos antes, después estás muy contento de haberlo hecho.
-¿Cuáles son tus planes de futuro?
La posibilidad de hacer un espectáculo nuevo empieza a dar vueltas en mi cabeza. Ahora será mi despedida en Barcelona de “¡Por fin solo!”, en el Teatro Poliorama, y hay que empezar a pensar en cosas nuevas.
Carles Sans: “El humor es una herramienta que me sirve para todo”
A pesar de iniciar los estudios en derecho, Carles Sans decidió apuntarse en el Instituto del Teatro de Barcelona y dedicarse al mundo del espectáculo. Durante cuarenta años ha creado exitosas obras con Tricicle, y ahora despide su primera función en solitario, “¡Por fin solo!”, en el Teatro Poliorama de Barcelona, compartiendo divertidas anécdotas personales y profesionales con su característico gesto y también con la palabra.
-¿Qué te impulsó a crear un espectáculo en solitario después de tantos años con Tricicle?
Mi necesidad de continuar dedicándome a un trabajo con el que llevo cuarenta y siete años. Cuando Tricicle decidió decir adiós a los escenarios, tuve que pensar que quería hacer con mi vida profesional que es también la personal, porque todo va muy ligado. Y aquí es donde vi clarísimo que quería continuar como actor y tenía que hacer un proyecto en solitario.
-¿Cómo fue el proceso de escribir y montar «¡Por fin solo!»?
Estuve buscando textos e ideas que pudiera hacer en solitario, pero fue mi mujer la que me abrió los ojos al decirme que tengo centenares de anécdotas que cuando las explico mis amigos se mueren de risa, y que sería buena idea hacer un compendio de todas ellas. Es verdad que tuve dudas al principio, pero al empezar a volcar ideas sobre el papel vi que sí que tenía muchas anécdotas para compartir y todas muy locas y divertidas. Así es como nace la idea de la obra.
-¿Qué elementos de tu trabajo con Tricicle has mantenido y qué otros has dejado atrás?
Mi identidad como actor, mi gesto, se ve en cada minuto del espectáculo. Más allá del texto y de las cosas que explico, uno de los éxitos del espectáculo es cómo lo hago. El público reencuentra la gestualidad que me ha caracterizado durante los años de Tricicle.
-¿En la obra equilibras el humor con momentos más personales?
Expongo anécdotas muy locas, pero no busco la reflexión, sino cosas muy divertidas que pienso gustarán al público. Josep Pla decía que de la historia lo que más le gustaba era la anécdota y esto es lo que presento con esta obra.
-¿Cómo surge tu vocación de actor?
Ya se veía de pequeño que era muy travieso, muy payaso, muy divertido. Yo siempre había querido hacer radio y periodismo, pero mucha gente me decía que tenía que dedicarme al teatro. Nunca me lo había tomado en serio hasta que un día entré en contacto con este mundo y me di cuenta de que, efectivamente, era lo que quería hacer.
-Profesionalmente, también has pasado por el mundo del cine, la publicidad y la televisión, escribes artículos, y has coescrito dos libros. ¿Qué faceta has disfrutado más?
Todas las facetas que he practicado las he disfrutado, pero con la de actor es com la que me siento más como pez en el agua. Me gusta escribir semanalmente en El Periódico y en el diario Sport porque soy muy barcelonista y me gusta opinar de fútbol. Me siento muy a gusto. Pero mi punto fuerte es ser actor, que es con lo que me he ganado la vida.
-Después de tantos años en el mundo del espectáculo, ¿qué te continúa motivando para subir al escenario?
Me motiva mucho la risa del público, su reacción. Ver que estás explicando cosas y que el público se lo pasa tan bien hace que me lo pase bien yo. Es la comunión constante con la gente lo que me incentiva cada día a subir al escenario y repetir una y otra vez un espectáculo con el que ya llevo cuatro años y del que he hecho entre 350 y 400 representaciones… pero no me agota ni me cansa, sino que me divierte. Esta es una obra que ha gustado mucho, y cuando encuentras una joya así te apetece mucho representarla cada día.
-¿Qué es el humor para ti?
El humor es una manera de vivir. Yo, en mi vida cotidiana, utilizo el humor constantemente. Es una herramienta que me sirve para todo: para relacionarme, para vivir… Sin humor no entiendo la vida.
-¿Cuáles son tus miedos como artista?
Yo creo que todos los artistas y creadores deben tener miedos. Para que las cosas salgan bien es imprescindible que te cuestiones y tengas dudas … Este oficio comporta mucho el miedo porque dependes de un público que te tiene que venir a ver, y hace falta que le guste lo que ve para que, cuando llegue a casa, lo explique y venga más gente a verte. Todo esto genera muchas incertidumbres. Pero tener miedo va con el oficio de actor.
-¿Cuál dirías que ha sido el momento más importante o significativo a tu carrera?
Hay unos cuantos. Cuando decidí dejar la carrera de derecho y hacer teatro fue un acierto, cuando decidí formar, con Joan y Paco, una cosa que se llama Tricicle y que después creció como la espuma y tuvo un éxito global también fue un acierto… y así ha habido muchos momentos a lo largo de mi carrera. Cómo lo ha estado continuar con un espectáculo en solitario, cosa que unos años atrás no me lo hubiera ni planteado. Son decisiones que cuando se toman lo haces con miedo, como decíamos antes, después estás muy contento de haberlo hecho.
-¿Cuáles son tus planes de futuro?
La posibilidad de hacer un espectáculo nuevo empieza a dar vueltas en mi cabeza. Ahora será mi despedida en Barcelona de “¡Por fin solo!”, en el Teatro Poliorama, y hay que empezar a pensar en cosas nuevas.