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“Cuando llegas a la edad de jubilación empiezas a hacer balance de tu vida y el mío es lo bien que lo he pasado” – entrevista a Paloma del Río (periodista deportivo)

La periodista de TVE Paloma del Río es todo un referente entre los narradores deportivos. Entre sus reconocimientos, destacan el premio Ondas de Televisión a la Mejor Presentadora o la Medalla de Oro del Mérito Deportivo otorgada por el Consejo Superior de Deportes, siendo la primera periodista en recibirla. Además de ser una de las voces más reconocibles del periodismo deportivo, ha sido ponente en multitud de conferencias, mesas redondas, ponencias y másteres sobre temas como el papel de la mujer en el deporte, el deporte minoritario y el olimpismo; al mismo tiempo que lleva a cabo su activismo por los derechos LGTB.

 

Acabaste la carrera con el segundo mejor expediente, por lo que pudiste optar, en 1986, a una beca del Instituto RTVE para hacer prácticas en televisión, en la sección de deportes de los informativos, y tu primera retransmisión fue un partido de tenis de mesa en Sevilla. ¿Cómo llegaste a las retransmisiones de gimnasia?

Cuando llegas como becario, los compañeros te ponen un poco a prueba en los telediarios porque es la sección que tiene más posibilidad de participación (todos los días había tres emisiones) y hacía que los becarios aprendiéramos mucho. Un día faltaba una voz y el editor, José Luis Martínez me pidió que leyera la noticia y a partir de entonces me fueron pidiendo pequeñas piezas. Por aquel entonces trabajaba como auxiliar en una clínica para pagarme los estudios, y al final la beca me reincorporé, pero el 1 de noviembre volvía a RTVE contratada. Por aquel entonces, Olga Viza presentaba Estadio 2, y mi jefe me pidió ir a hacer una retransmisión de tenis de mesa en Sevilla, lo que no me pilló mal porque yo estaba federada y conocía el reglamento, pero otra cosa es tener que comentar los partidos. No sabía ni como era la logística y estaba muerta de miedo. Como era mi primera vez, Ramón Pizarro me aconsejó que me escribiera la entradilla para cuando Olga me diera paso. Y les debió gustar porque cada vez que había una retransmisión de gimnasia artística o rítmica me pedían que sustituyera a Olga o María Escario cuando no estaban. El patinaje fue posterior: empecé cuando Esperanza Solano se jubiló en el 1995.

-Tenías claro que te gustaba el deporte, ¿también lo practicas?

Siempre he hecho mucho deporte, pero a nivel usuario. Me he dado cuenta de que todos los deportes que he comentado, los he practicado. Mal, porque por en patinaje era muy patosa… pero he montado a caballo, he jugado a tenis, voleibol, a baloncesto… y ahora hago natación, musculación y caminatas… porque con el tiempo entiendes que debes mantener una musculatura fuerte para que sostenga bien las articulaciones.

Además, hacer las retransmisiones deportivas es muy exigente física y mentalmente. Debes estar en un buen estado general porque son muy largas, hay días que tienes unas 4 horas de sonorización por la mañana y otras 4 por la tarde, y acabas muy cansada. El estado de concentración es muy intenso por lo que necesitas ir comiendo cosas que te suban la glucosa. Yo he encontrado dos alimentos que me funcionan: los polvorones y las mandarinas. A veces necesito sal y me llevo jamón serrano. Almudena Cid siempre comenta “no sabéis la habilidad que tiene para hacer transmisiones, estar pendiente de Twitter, hacer los cálculos de gimnasia y además comer jamón”. Pero es que el cuerpo te lo va pidiendo.

-¿Cómo te preparas para estos eventos deportivos?

Te vas preparando en el día a día. Yo cada día miro las novedades en gimnasia, patinaje…todos los deportes que llevo. Los días previos te vas concentrando en el acontecimiento en sí: ya sean Juegos Olímpicos, Mundiales o Campeonatos Europeos… como ya sabes quienes van a participar te haces una idea con los datos de competiciones previas.

-¿Cómo han cambiado las cosas a lo largo de estos 36 años de profesión?

Muchísimo. A nivel televisivo, TVE éramos la única cadena que había. De modo que hasta que aparecieron las autonómicas y las privadas, las audiencias eran solo para TVE y teníamos horas y horas de deportes. En ese momento, todo era en papel: el orden de salida de los deportistas te lo enviaban por fax y, por supuesto, no había Internet, de forma que la documentación dependía de lo que buscaras por tu cuenta, hablando con los entrenadores y deportistas del país, yendo a bibliotecas, consultando libros, diarios y revistas locales cuando nos desplazábamos para hacer las retransmisiones… Todo esto se ha acabado, porque desde tu mesa tienes a tu alcance toda la documentación en Internet. Y los comités organizadores proporcionan muchos datos que facilitan nuestra labor. Pero no por eso tenemos que dejar de estudiar. Yo sigo la máxima que me dijo un jefe que era “cuantos menos papeles lleves, mejor”. Porque cuando quieres ese papel no lo encuentras. Y esto me genera una agilización de la memoria constante.

Otro cambio importante es que con la ley de financiación de 2010 se han restringido mucho los viajes, de forma que hacemos las retransmisiones desde un locutorio y se pierde mucho ambiente, contacto con periodistas de otros países, con deportistas. La retransmisión pierde sal y pimienta. Aunque yo sigo emocionándome, aunque esté metida en un locutorio.

-Por otro lado, ¿cómo has cambiado tú?

Mucho. Antes la gente te mandaba sus impresiones a través de cartas escritas y recibía montones de cartas. Algunas eran críticas, pero yo admito muy bien las críticas siempre que sean educadas porque te hacen reflexionar sobre lo que no le ha gustado a la gente.

Yo sigo viendo mis retransmisiones después de realizarlas, porque una cosa son los nervios del momento, y otra verla como un espectador en casa. Me interesa el resultado final y a veces veo cosas que no me han gustado del todo e intento corregir. Por ejemplo, procuro no manchar la música, ser espontánea y utilizar un lenguaje que desgrane la técnica deportiva para el público general.

-Gimnasia rítmica, gimnasia artística, patinaje artístico, hípica… ¿Qué disciplina es la que más has disfrutado?

Hasta hace tres años, cuando empecé a hacer voleibol femenino, todos los deportes que había hecho eran individuales. Me gustan especialmente los deportes que tienen música porque soy muy melómana. En este aspecto, gana por goleada el patinaje, la gimnasia rítmica y la gimnasia artística femenina. Pero, aunque la gimnasia artística masculina no tiene música, me encanta el control del cuerpo que tienen los gimnastas. De forma que es como preguntar: ¿a quién quieres más a papá o a mamá?

– Desde redactora jefa a directora de programas deportivos o la dirección de deportes. En total has cubierto 9 juegos olímpicos de verano y 6 de invierno. ¿Cuáles son tus mejores recuerdos tras más de tres décadas en la profesión?

Cuando llegas a la edad de jubilación empiezas a hacer balance de tu vida y el mío es lo bien que lo he pasado haciendo lo que hago y los contactos humanos que he establecido. Las personas extraordinarias que he conocido, mis amigos del deporte como Susana Palés, Almudena Cid, Gervasio Deferr, Nines García, Amaya Valdemoro, Olga Viza, Lola Fernández Ochoa …

– El año pasado publicaste el libro “Más que olímpicas”: sobre las grandes figuras del olimpismo y las dificultades a las que se enfrenta la mujer en el mundo del deporte. ¿Cómo has vivido la evolución de la mujer en el deporte en estas décadas?

Sobre la mujer y el deporte he escrito dos libros y saco una conclusión: llevamos una tremenda desventaja respecto a los hombres. Ellos llevan haciendo deporte desde antes de la Grecia Antigua, (el año 777 a.C tuvo lugar la I Olimpiada). Las mujeres hasta la segunda mitad del S.XIX eran las acompañantes de los maridos a los clubes de deporte. Ni siquiera participaban. Además, era ofensivo que hicieran deporte. El propio Barón de Coubertin tenía una visión machista y pensaba que las mujeres solo debían estar en las competiciones deportivas para coronar a los vencedores, ya que su participación era antiestética. Hasta que llegó Alice Milliat, la abanderada de la lucha por la inclusión de las mujeres, y organizó 4 ediciones de los Juegos Olímpicos Femeninos, cada vez con más éxito. El propio Comité Olímpico Internacional aprobó la inclusión de las pruebas atléticas femeninas en los Juegos de Ámsterdam en 1928. De forma que es en el siglo XX cuando se desarrolla el deporte femenino. Después de la Segunda Guerra Mundial el bloque del Pacto de Varsovia utiliza a la mujer para quedar por encima de los países occidentales en el medallero. En España el empuje para el deporte femenino fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona, con más de 200 mujeres, triplicando los números de hasta entonces. Aun así, llevamos una generación de retraso con respecto a los hombres.

¿Crees que el espectador está ahora más interesado en el deporte femenino?

En general, nos falta demanda porque la gente lo desconoce. Los gestos que puede haber en el deporte femenino son únicos. El futbol femenino, por ejemplo, es muy técnico, tiene menos fuerza, pero también menos teatralidad que el masculino… Además, tenemos grandes equipos y grandes individualidades. Pero solo nos acordamos de las mujeres deportistas cuando llegan los Juegos Olímpicos. Como si durante el resto del año no se siguieran levantando a las 6 h de la mañana para entrenar.

-Has conseguido dar visibilidad a deportes minoritarios y también has hecho tuya la lucha por los derechos LGTB dentro del deporte. ¿Por qué piensas que se ha avanzado tan poco en el mundo del deporte en la visibilidad LGTB?

Por pudor y porque la gente no estaba acostumbrada a ver, abiertamente, a parejas homosexuales. Poco a poco, se va normalizando. No digo que esté 100% admitido, pero la sociedad está rompiendo esquemas y estereotipos. En algunos deportes, como es el caso del fútbol, es muy complicado que un jugador en activo reconozca su sexualidad. Pero otros deportistas lo dicen abiertamente y no pasa nada.

Formas parte de una generación de mujeres pioneras en el periodismo deportivo español. ¿Cuál te gustaría que fuera tu legado para las generaciones más jóvenes?

La labor feminista hay que ir haciéndola en el día a día. La idea es sembrar y sembrar para luego recoger. Se trata de que los que no están convencidos entiendan que es una labor de todos. Los hombres deben entender que el trato que sufrimos las mujeres no es igualitario. Sin recortar a nadie sus derechos, intento que mi ámbito de influencia pueda ir mejorando poco a poco, tanto en el deporte como en los derechos LGTB. Siento como una responsabilidad dar visibilidad a estas cuestiones.

-Has comentado tu intención de jubilarte el año próximo año a los 63 años. ¿Tras una trayectoria profesional tan intensa cómo encaras esta nueva etapa? ¿Cómo imaginas tu jubilación?

Cuento con 42 años cotizados en estos momentos y cuando me jubile serán 44. De forma que me voy a jubilar con 63 años, porque pienso que todo empieza y todo acaba. Tiene que venir gente nueva. Y del mismo modo que yo relevé a una persona, alguien vendrá y ocupará mi puesto.

Si se siguen acordando de mí para que vaya a actividades, charlas y conferencias, tendré más libertad para poder ir. Porque ahora mismo muchas veces no puedo ir porque estoy trabajando.

Por otro lado, estoy deseando dedicar mi tiempo a leer, hacer manualidades, que me encanta, ir al gimnasio… lo mejor será despertarme sin despertador, porque madrugo mucho. La carrocería va notando el paso del tiempo, pero mientras el cuerpo aguante aquí estaremos.