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Pino Montesdeoca: “Quiero que la edad, tanto en la moda como en la vida diaria, no sea tan importante”

Canaria de nacimiento, la modelo y actriz Pino Montesdeoca ha vivido en España, Suecia, Sarajevo y Bahamas; donde ha sido profesora y gestora hasta que la moda llegó a su vida, con 53 años, por casualidad, después de que su yerno, el fotógrafo Coke Riera, le realizase una sesión de fotos y la enviase a una agencia de modelos. Desde entonces, vive con ilusión y mucha personalidad esta nueva oportunidad que la vida le ha brindado.

-Tu trabajo como modelo empieza un poco por casualidad a los 53 años, ¿cuáles han sido las ventajas y los inconvenientes de empezar a esta edad?

En mi caso, todo son ventajas y ningún inconveniente. No he conseguido ver ningún lado negativo. Estoy aprendiendo y mientras yo aprenda tengo esperanzas.

-Antes de ser modelo, te dedicabas a profesiones muy distintas…

Sí, yo me fui a Suecia siendo joven y seguí estudiando allí. Luego, me hice profesora de instituto y cuando mis hijas empezaron a volar, pensé en dejar Suecia. Me fui a los Balcanes porque mi marido trabajaba en Sarajevo. Decidí instalarme allí y ver qué me deparaba el futuro. Pero mi hermano me hizo una oferta que no podía rechazar: él trabajaba para un financiero suizo que buscaba a una persona de confianza con idiomas y muy organizada que gestionara sus propiedades en Bahamas. Así fue cómo me fui a Bahamas, y gestioné las propiedades de esta persona para su familia y amistades cuando visitaban la isla. Había que lidiar con cosas muy complicadas: la aduana, la policía, los paparazzi… pero me divertí mucho.

¿Cómo te han ayudado tus experiencias previas en otros trabajos a enfocar los nuevos retos?

Estas experiencias me han ayudado a formarme como persona. Como profesora de instituto lidias con gente muy joven y terminas admirando su potencial, porque los jóvenes tienen miedos irracionales, pero a lo real no le temen. En Bahamas aprendí mucho de mí misma, de mi dignidad. Aprendí a relacionarme con las personas de forma que se sintieran bien sin que pudieran pisarme. Aprendes a enseñar a las personas que necesitas sentirte bien para hacer lo que te piden. No importa a quién tengas delante, debe mirarle a la cara cuando te habla. Son enseñanzas que te da la vida.

Pero por más que hayas vivido muchas cosas, no lo has visto todo. No debemos ser pretenciosos por tener mucha experiencia, debemos mantener una mente abierta.

-¿Cómo te defines como modelo?

Yo sigo aprendiendo. No me considero modelo… Soy una mujer que está surfeando una ola de cambio muy importante. Me he subido a la ola e intento abrir un caminito para todas las mujeres que vienen detrás, para que tengan una carrera larga. Quiero que la edad, tanto en la moda como en la vida diaria, no sea tan importante. Ya vemos con normalidad modelos de 40 años, y las grandes modelos de los 90 resurgen… Con todo lo que has aprendido, resulta que tienes más de 40 años y ya estás obsoleta… no puede ser. Lo importante es lo que llevas en la mochila.  Por todo ello, intento abrir un surco para que se vayan viendo más mujeres como yo. Y aparte de esto, también intento buscar mi hueco, reivindicar que tenemos el poder de decidir envejecer como nos dé la gana. Está normalizado y aceptadísimo que todo el mundo se haga algún retoque estético y a las mujeres que hemos decidido no hacerlo se nos puede acusar de que no nos cuidamos. Yo no me quiero quitar 10 años de encima ¿por qué debería? Simplemente, soy una mujer que ha decidido vivir la vejez como se vaya presentando y exponerla de la forma más digna posible. Porque no pasa nada.

Es decir, no cumplo para nada los cánones de una modelo, mido 1,65 m… Hasta a mí me resulta sorprendente que me llamen. Yo defiendo la ropa por mi actitud. Pienso que estoy ofreciendo algo que funciona, como negocio, como reivindicación… no lo sé, pero funciona.

-¿Cómo eliges los proyectos?

Los proyectos me eligen a mí. La gente ya sabe de qué voy. Si me eliges es porque has visto algo en mí que va con el proyecto que tienes. No me piden que sea lo que no soy, de forma que me siento muy bien.

-¿Cuáles son tus rutinas de cuidado?

Me cuido lo que todo el mundo debería cuidarse. Soy de las que piensa que lo mejor sería vivir en una cabaña en el campo y tener que cortar leña y llevar el agua de aquí para allá. Yo me levanto a las cinco de la mañana, doy gracias a Dios, hago mis estiramientos en la cama, me tomo mi café y me fumo mi cigarrillo. Envío mensajes y reviso mi correo. Y hago mi ritual de cremitas. Es un rato para estar conmigo. Cuando termino, voy a Madrid Rio donde camino 2 horas. Cuando vuelvo, me ducho y a trabajar. Es una rutina de estar conmigo. Por la noche enciendo mi vela y hago mis meditaciones, no de una forma consciente, pero sí a mi manera. Es decir, busco estar mucho conmigo. No soy gran comedora, aunque me gusta comer, y me hago las pruebas de salud rutinarias, algo que es muy importante. Me preocupan las enfermedades de la piel, de forma que la protejo. Tomo B12, magnesio, colágeno hidrolizado… para las articulaciones… hay que echar un cable al organismo porque nos vamos deteriorando. Pero no tengo secretos.

-¿Cómo vives el proceso de hacerte mayor, de ir sumando años?

¿Cuál es el miedo a envejecer? Yo imagino que es que nos recuerda que estamos más cerca de la muerte. Yo he llegado a una conclusión y es que adoro la vida, pero he imaginado que la muerte es irte. He perdido a mi padre, mis hermanas, mi marido… y sé que a mí también me tocará. Pero mientras esté aquí pienso disfrutar. No pienso hacer un drama de la vida.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser modelo? ¿Qué te ha descubierto esta profesión?  

En las sesiones de fotos me lo paso siempre bien, hago lo que me piden. En la pasarela me permiten ser quien soy. Soy muy disciplinada y me gusta ser muy profesional con las personas que están detrás. Respeto las normas de la pasarela y no quiero dar el espectáculo. Salgo y, a mi manera, defiendo la ropa del diseñador que me ha vestido. Las modelos son las otras, yo solo soy una persona que han puesto ahí. Es importante para mí tenerlo claro, que las cosas no se suban a la cabeza.

-Ahora también has descubierto la profesión de actriz. Has participado en Way Down, de Jaume Balagueró, o en la serie de Netflix Sky Rojo.

Siempre son papelitos. Me han dado la oportunidad de aprender otro mundo, conocer gente extraordinaria… y observo mucho a los profesionales, la jerga, las actitudes… lo que debo o no hacer e intento dar lo mejor de mí, que sea digno, pero sin ambiciones ni pretensiones de nada más.

-¿Cuáles son los planes futuros?

Desde que tuve el dengue hemorrágico, cuando vivía en Bahamas, me juré a mí misma nunca más volver a planear nada. Porque yo tenía mi vida completamente organizada, pero vino un mosquito y se cargó todos los planes. Después, mi marido tuvo el cáncer, mi hermano tuvo el accidente… No sabes lo que va a pasar, de forma que no quiero malgastar energía pensando en el futuro. Mis planes son levantarme mañana por la mañana.