La palabra plogging proviene de la unión de la palabra inglesa jogging (ejercicio físico que consiste en correr una distancia larga) y de la expresión sueca plocka upp (que se traduce como “recoger”). Nació como una actividad organizada en Estocolmo y terminó extendiéndose a otros países desde el año 2018. El impulsor de este fenómeno es Erik Ahlström, un compatriota de la activista adolescente Greta Thunberg que, tras mudarse a Estocolmo desde una pequeña localidad sueca, empezó a incorporar en su rutina de ejercicio diario la práctica de recoger toda la basura que se encontraba a su paso.
A los deportistas que lo practican se les conoce como ploggers y son personas que combinan el ejercicio al aire libre con la recogida de residuos. Es decir, el plogging consiste en aprovechar cualquier actividad física al aire libre para recoger la basura que se encuentra en las playas, las montañas o las propias ciudades.
Un problema acuciante
El atractivo de la propuesta radica en que aportamos un beneficio físico y saludable a nuestro organismo al mismo tiempo que un beneficio directo al medio ambiente. Al recoger los desechos estamos reduciendo y evitando la contaminación del suelo, ciudades, ríos, mares y océanos.
Tal y como indica Ecoembes, la basura está presente en todas partes de una forma u otra, ya que la presencia de seres humanos en sí misma hace que se generen residuos que pueden acabar afectando al entorno natural e incluso provocar graves problemas de salud. La consecuencia más inmediata de la contaminación por residuos es la liberación de sustancias tóxicas que pueden contaminar el agua o el aire y afectar a todos los seres vivos y la materia orgánica a cielo abierto. Además, degrada los paisajes y deteriora la estética de muchos parajes que quedan contaminados para siempre por el abandono de basura. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y advierte que, para 2040, la cantidad se triplicará, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas.
Es por ello por lo que el plogging no ha dejado de ganar adeptos en los últimos años y se calcula que más de 20.000 personas lo practican a diario en más de 100 países distintos.
Una propuesta ideal para todas las personas
Una de las claves del éxito es la facilidad al practicarlo, ya que se pueden adaptar los ejercicios y recorridos dependiendo del estado físico de cada uno. Pero resulta ideal para trabajar la intensidad, porque el movimiento de agacharse a recoger y volver a levantarse es una excelente forma de trabajar la tonificación de glúteos y piernas. Además, se pueden introducir todo tipo de ejercicios físicos durante el recorrido para que la experiencia deportiva sea completa.
Para su práctica solamente necesitaremos ropa deportiva o cómoda que nos permita adaptarnos a la actividad física. Para recoger los residuos, llevaremos por seguridad e higiene unos guantes que nos protejan las manos en caso de encontrar botellas rotas, objetos punzantes o cortantes, y una bolsa para depositar todos los residuos o, si es posible, varias bolsas donde realizar una selección de residuos durante el recorrido.
Práctica en grupo
Hay numerosas organizaciones que se ocupan de programar salidas en casi todas las grandes ciudades del mundo. En España, Plogging, Plogging Campus y Plogging Tour han creado una comunidad de ciudadanos, empresas y municipios que nació en la isla de Ibiza y que hasta la fecha ha sumado la participación de más de 9.000 personas y recuperado más de 25.000 kilos de residuos en 11 ciudades españolas.
Cabe añadir que el 9 de octubre en el Parque Natural de Ses Salines, en la isla de Ibiza, se dio el pistoletazo de salida a la tercera edición del Nationale-Nederlanden PloggingTour en España, junto a la Agencia de Estrategia Turística del Gobierno de las Islas Baleares, que ya tiene fecha para su parada en Barcelona el 28 de mayo de 2023.