VILPA significa “actividad física vigorosa intermitente de estilo de vida” (por sus siglas en inglés) y se define como ráfagas cortas de movimiento físico que reducen significativamente el riesgo de morir, según muestran los hallazgos de un estudio publicado en la revista Nature Medicine.
Este estudio, realizado por la Universidad de Sídney, concluye que realizar tres episodios de VILPA por día, con una duración de uno a dos minutos cada uno, conducen a una disminución del 40% en el riesgo de mortalidad por cáncer y una disminución de casi el 50% en el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, lo que supone una buena noticia para aquellas personas a quienes no les gusta hacer deporte o ir al gimnasio.
“Nuestro estudio muestra que se pueden lograr beneficios similares al entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) al aumentar la intensidad de las actividades que se realizan como parte de la vida diaria, y cuantas más, mejor”, dijo el autor principal, Emmanuel Stamatakis, profesor de actividad física, estilo de vida y salud de la población en el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sídney.
Incorporar VILPA a nuestras rutinas
La mayoría de los adultos de 40 años o más no practican ejercicio o deporte con regularidad, pero el profesor Stamatakis explica que el estudio revela cómo la actividad física incidental puede superar muchas barreras. Unas pocas sesiones muy cortas de tres a cuatro minutos al día podrían ser muy útiles, y hay muchas actividades diarias que se pueden modificar para aumentar el ritmo cardíaco durante un minuto más o menos. Esto podría incluir desde uno a dos minutos de caminata rápida o cuesta arriba, cargando una mochila o bolsas de compras, subir escaleras, o las tareas domésticas o de jardinería.
“Aumentar la intensidad de las actividades diarias no requiere compromiso de tiempo, preparación, membresías en clubes deportivos ni habilidades especiales. Se trata simplemente de acelerar el paso mientras se camina o se hacen las tareas del hogar con un poco más de energía”, ha explicado Stamatakis.
Tal y como descubrió la investigación, alrededor del 89% de todos los participantes hacían algo de VILPA durante el día a día. En promedio, cada día, los participantes realizaron ocho sesiones de VILPA de hasta 1 minuto cada una, con un total de 6 minutos por día.
Las ganancias más pronunciadas se observaron al comparar a los que tenían alrededor de cuatro a cinco episodios por día con los que no. Sin embargo, se encontraron mayores beneficios con mayores cantidades de VILPA, lo que sugiere que cuanto más ejercicio, mejor.
Las personas que siguen un régimen de ejercicio regular pueden considerar VILPA como un complemento y no como un sustituto de su práctica de entrenamiento ya establecida.
Pero, si no tienes ninguna rutina de ejercicios semanal, debes considerar sacar el máximo provecho de tu actividad diaria y maximizar su intensidad. Dado que más del 70% de las personas de mediana edad en la mayor parte del mundo no realizan ejercicio regularmente en su tiempo libre, es necesario comprender que pueden beneficiarse de la actividad física incidental que forma parte de sus rutinas diarias.
Algunos ejemplos de VILPA que podemos incorporar a nuestra rutina diaria son:
-Caminar rápido mientras hacemos recados.
-Caminar cuesta arriba.
-Correr para tomar el autobús o el tren.
-Llevar y caminar con las bolsas de la compra.
-Jugar animadamente con los niños o las mascotas.
-Realizar labores de jardinería.
-Hacer las tareas del hogar con energía.
-Correr para hacer recados.
-Acelerar el paso al subir escaleras.