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Resfriados de otoño: cómo prevenirlos

Empieza a llegar la temporada de frío y con ella los resfriados. Estamos acostumbrados a pensar que la causa de los catarros es no estar bien abrigados en los meses de invierno y, aunque es cierto que existe una conexión, el frío no es el culpable directo de que enfermemos.

El resfriado común, también conocido como catarro o constipado, es una enfermedad infecciosa viral frecuente que afecta la nariz, los senos paranasales, la faringe y la laringe. Es la enfermedad más habitual del planeta y suele deberse a la acción de un rinovirus. Se han identificado más de 200 virus (100 de ellos rinovirus) responsables de entre el 30% y el 50% de todos los resfriados.

Este tipo de virus se propaga sobre todo por el aire cuando tosemos, estornudamos o incluso hablamos, así que corremos el riesgo de inhalarlo si estamos cerca de una persona que se haya infectado. Además, el virus viaja hasta posarse en diferentes superficies que debemos tocar con las manos, como pomos de puerta, ratones o teclados de ordenador, o teléfonos móviles. Si estamos en contacto con estas superficies contaminadas y luego nos tocamos la nariz, los ojos o la boca, estaremos dejando que el virus entre en nuestro cuerpo.

Por ello, no solo cuando hace frío, sino durante todo el año, la forma de prevenir los resfriados es, ante todo, tener una higiene adecuada: lavarnos bien las manos y cubrirnos la boca al toser o estornudar, ya sea con un pañuelo, el codo o la mano, especialmente si estamos rodeados de otras personas.

Cuidar nuestro sistema inmunitario

Sin embargo, es cierto que los cambios bruscos de temperatura merman las defensas que tiene el cuerpo y favorecen la aparición de enfermedades como la gripe, la bronquitis y la neumonía, a la vez que empeoran los problemas respiratorios que sufren algunas personas por la producción de moco, el aumento de la tos y la sensación de ahogo. Por eso, es importante abrigarse bien y evitar cambios bruscos de temperatura, así como reforzar el sistema de defensa cubriendo boca y nariz al salir a la calle o al aire libre.

Además, cuando llega el frío, los espacios cerrados tienden a ventilarse menos que en otras épocas del año. Para evitar la concentración viral en estos espacios todos los días, deberían ser ventilados un mínimo de 15 minutos.

Para mantener un sistema inmunitario sano, debemos tener en cuenta nuestra dieta y la actividad física. Es importante comer regularmente alimentos que contengan las vitaminas A, C, D y E, como zanahorias, espinacas, pescado, aceite de oliva y frutos secos, entre otros. En concreto, la vitamina C es el mejor aliado contra los resfriados, porque mantiene las barreras contra las infecciones. La mejor manera de ingerir esta vitamina es tomar zumos de frutas como naranjas, mandarinas y pomelos, preferiblemente por las mañanas. También los vegetales como el brócoli, la coliflor, la patata, los pimientos verdes y rojos o los tomates son ricos en vitamina C.

Todo ello sin olvidar la práctica regular de ejercicio aeróbico, que ayuda a activar nuestro sistema inmunitario. Los expertos recomiendan caminar entre veinte y treinta minutos todos los días y, según las posibilidades de cada persona, combinarlo con otros tipos de ejercicio o deporte.

Además, dormir bien y estar descansado disminuye la probabilidad de coger un resfriado, mientras que el estrés inhibe la inmunidad natural del cuerpo.

Para los fumadores la llegada del frío sería un buen momento para dejar el tabaco, ya que daña el sistema inmunitario y comporta que se sea más propenso a complicaciones de la enfermedad.

Una buena noticia es que las medidas preventivas son útiles para todo tipo de infecciones víricas, de forma que una buena prevención del resfriado común también lo es de la covid-19.