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Dieta antiinflamatoria para estar más sanos

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La inflamación es una respuesta fisiológica para sanar el tejido del organismo lastimado. Un proceso que empieza cuando este tejido libera determinados compuestos químicos y finaliza cuando la herida sana. En la inflamación crónica, el proceso inflamatorio puede empezar aun cuando no haya lesión, y no termina cuando debería terminar. De este modo, puede ser causada por infecciones que no desaparecen, originando un daño en nuestro ADN.

El problema es que no siempre somos conscientes de que estamos desarrollando un proceso inflamatorio, aunque este sea leve, ya que puede pasar inadvertido. La inflamación crónica puede pasar de forma imperceptible durante meses, años o toda la vida y poco a poco va deteriorando el organismo. Si además seguimos una dieta inadecuada con un exceso de grasas saturadas, ácidos grasos o aditivos que estimulan la inflamación, vamos a agravar este proceso que acelera el envejecimiento y acorta la esperanza de vida al facilitar algunas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la tiroiditis, la colitis ulcerosa, la psoriasis o una alergia. Debemos tener en cuenta que la inflamación crónica desempeña también un papel integral en el desarrollo y progresión de diversas enfermedades relacionadas con la inactividad y la edad, como la diabetes tipo 2, la arterioesclerosis, la osteoporosis y otras enfermedades crónicas.

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La inflamación es una respuesta fisiológica para sanar el tejido del organismo lastimado. Un proceso que empieza cuando este tejido libera determinados compuestos químicos y finaliza cuando la herida sana. En la inflamación crónica, el proceso inflamatorio puede empezar aun cuando no haya lesión, y no termina cuando debería terminar. De este modo, puede ser causada por infecciones que no desaparecen, originando un daño en nuestro ADN.

El problema es que no siempre somos conscientes de que estamos desarrollando un proceso inflamatorio, aunque este sea leve, ya que puede pasar inadvertido. La inflamación crónica puede pasar de forma imperceptible durante meses, años o toda la vida y poco a poco va deteriorando el organismo. Si además seguimos una dieta inadecuada con un exceso de grasas saturadas, ácidos grasos o aditivos que estimulan la inflamación, vamos a agravar este proceso que acelera el envejecimiento y acorta la esperanza de vida al facilitar algunas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la tiroiditis, la colitis ulcerosa, la psoriasis o una alergia. Debemos tener en cuenta que la inflamación crónica desempeña también un papel integral en el desarrollo y progresión de diversas enfermedades relacionadas con la inactividad y la edad, como la diabetes tipo 2, la arterioesclerosis, la osteoporosis y otras enfermedades crónicas.