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Francesc Torralba: “La espiritualidad es esencialmente apertura, la salida de uno mismo, la interrogación por el sentido”

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Doctor en Filosofía y en Teología, Francesc Torralba dirige la cátedra ETHOS de la Universidad Ramón Llull. Además de su tarea académica es un autor prolífico que ha publicado más de 1.800 artículos y más de 100 libros, y está muy presente en los medios de comunicación. El sentido de la existencia, la espiritualidad y la ética son ejes fundamentales de su pensamiento y de su obra.

-¿Cómo descubriste tu vocación por la filosofía?

Iba orientado hacia las ciencias. De hecho, hice el bachillerato científico, pero un profesor de filosofía excepcional me despertó la vocación. Abrió en mí una grieta por la cual nunca he vuelto a dejar de mirar la realidad que nos rodea. Estoy muy agradecido. Hacer filosofía es mirar el mundo que nos envuelve con ojos críticos, con la voluntad de comprenderlo hasta el límite de nuestras posibilidades. He descubierto, a lo largo del tiempo, que lo que realmente me llena es pensar con los demás, reflexionar en público. No creo que el pensamiento sea un acto solitario, solipsista, sino que siempre está en interacción con otros, ya estén presentes o ausentes. Disfruto mucho en el aula enseñando filosofía y poniendo sobre la mesa temas difíciles que nos afectan a todos.

Francesc Torralba: “La espiritualidad es esencialmente apertura, la salida de uno mismo, la interrogación por el sentido”

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Doctor en Filosofía y en Teología, Francesc Torralba dirige la cátedra ETHOS de la Universidad Ramón Llull. Además de su tarea académica es un autor prolífico que ha publicado más de 1.800 artículos y más de 100 libros, y está muy presente en los medios de comunicación. El sentido de la existencia, la espiritualidad y la ética son ejes fundamentales de su pensamiento y de su obra.

-¿Cómo descubriste tu vocación por la filosofía?

Iba orientado hacia las ciencias. De hecho, hice el bachillerato científico, pero un profesor de filosofía excepcional me despertó la vocación. Abrió en mí una grieta por la cual nunca he vuelto a dejar de mirar la realidad que nos rodea. Estoy muy agradecido. Hacer filosofía es mirar el mundo que nos envuelve con ojos críticos, con la voluntad de comprenderlo hasta el límite de nuestras posibilidades. He descubierto, a lo largo del tiempo, que lo que realmente me llena es pensar con los demás, reflexionar en público. No creo que el pensamiento sea un acto solitario, solipsista, sino que siempre está en interacción con otros, ya estén presentes o ausentes. Disfruto mucho en el aula enseñando filosofía y poniendo sobre la mesa temas difíciles que nos afectan a todos.