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Te jubilas y…¿después qué? – por Bartolomé Freire (Doctor en Psiquiatría)

Que nuestras vidas se prolonguen no solo nos permite vivir más años, sino extender una forma de vida sana y productiva. Jubilarse es un final y un principio, se cierra una etapa y comienza otra que puede resultar apasionante, indiferente o aburrida.

Cuando me jubilé eché de menos contar con publicaciones que me ayudaran a comprender a qué me enfrentaba y decidí hacer una aportación al estudio psicológico del proceso de la jubilación. Así nació lo que sería mi libro: “La Jubilación, una nueva oportunidad” (LIDeditorial).

El objetivo primordial de mi trabajo fue conocer las estrategias que despliegan las personas jubiladas para adaptarse y dar sentido a ese periodo de sus vidas. Para ello entrevisté a 150 jubilados (93 hombres y 57 mujeres) con una media de 66 años de edad y 6 años de jubilación. Cinco son los propósitos dominantes que, dentro de la jerarquía de sus diferentes motivaciones, orientaban la adaptación a la jubilación de mis entrevistados:

 

  • ATAREADOS (29,3%)
    Continúan, por diferentes medios, su trabajo después de jubilarse o encuentran otra tarea en la que emplean gran parte de sus energías. Esta dedicación aporta estructura y sentido a sus vidas y preserva su identidad. En general, el tiempo que dedican a otras actividades y el que comparten con sus esposas es limitado. Es dos veces más frecuente entre hombres con un nivel académico superior y aquellos identificados con un cometido laboral que les resulta gratificante.

 

  • DISFRUTADORES (35,3%)
    Gozan libremente de las diferentes opciones de vida y actividades que la jubilación les permite. Alternan intereses y aficiones, renuevan sus relaciones y reservan tiempo para el ocio. Les gusta improvisar y dejar al margen horarios y compromisos fijos. Es la orientación más frecuente, sobre todo entre las mujeres. Muchos hablan de querer compensar la sobrecarga vivida compaginando trabajo y cuidado del hogar y familia.

 

  • SOSEGADOS (9,3%)
    Su prioridad es vivir una jubilación tranquila, sin tensiones, descansando y aprovechando las posibilidades de actividad y ocio a su alcance. Centran su vida en el hogar y raramente se plantean alcanzar nuevas metas.

 

  • EXPLORADORES (10,6%)
    Afrontan la jubilación como una oportunidad para renovarse y ampliar sus horizontes. Aprenden, realizando algo novedoso o no suficientemente desarrollado, potencian aspectos latentes de sí mismos y/o introducen cambios en su entorno. Predominan las mujeres que buscan reafirmarse como individuos, desplazando el centro de sus vidas hacia dentro de sí mismas. Algunas dicen estar superando los límites impuestos por su educación o por las circunstancias que les tocó vivir.

 

  • DESENFOCADOS (15,3%)
    No llegan a crear o no mantienen proyectos propios que den sentido a su jubilación. Realizan actividades rutinarias con las que se acomodan a sus circunstancias o a expectativas y planes ajenos. Manifiestan dudas y/o insatisfacción respecto a su estado o se reprochan el uso que están haciendo de sus capacidades.

 

Pienso en la jubilación como un pasaporte, franquea el acceso a muchos lugares, pero cada uno tiene que elegir su itinerario y hacer el viaje por su cuenta. Porque una jubilación satisfactoria no ocurre de manera espontánea; exige esfuerzo para mantenerse activo y conectado. Lo importante no solo son las metas que se eligen, sino su significado personal y el espíritu con el que se persiguen. Deberán satisfacer necesidades importantes y tratar de alcanzarlas con continuidad y determinación. Porque la autoestima de la persona jubilada va a depender de que cumpla con los nuevos roles que ha elegido.

La oportunidad de poder elegir entre un número tan amplio de posibilidades y la trascendencia de las decisiones a tomar contribuyen a que la jubilación sea una etapa tan compleja y tan interesante.

 

Dr. BARTOLOMÉ FREIRE

Doctor en Psiquiatría y especialista en Psicoterapia. Autor  de «La jubilación, una nueva oportunidad»

Julio 2021

Te jubilas y…¿después qué? – por Bartolomé Freire (Doctor en Psiquiatría)

Que nuestras vidas se prolonguen no solo nos permite vivir más años, sino extender una forma de vida sana y productiva. Jubilarse es un final y un principio, se cierra una etapa y comienza otra que puede resultar apasionante, indiferente o aburrida.

Cuando me jubilé eché de menos contar con publicaciones que me ayudaran a comprender a qué me enfrentaba y decidí hacer una aportación al estudio psicológico del proceso de la jubilación. Así nació lo que sería mi libro: “La Jubilación, una nueva oportunidad” (LIDeditorial).

El objetivo primordial de mi trabajo fue conocer las estrategias que despliegan las personas jubiladas para adaptarse y dar sentido a ese periodo de sus vidas. Para ello entrevisté a 150 jubilados (93 hombres y 57 mujeres) con una media de 66 años de edad y 6 años de jubilación. Cinco son los propósitos dominantes que, dentro de la jerarquía de sus diferentes motivaciones, orientaban la adaptación a la jubilación de mis entrevistados:

 

  • ATAREADOS (29,3%)
    Continúan, por diferentes medios, su trabajo después de jubilarse o encuentran otra tarea en la que emplean gran parte de sus energías. Esta dedicación aporta estructura y sentido a sus vidas y preserva su identidad. En general, el tiempo que dedican a otras actividades y el que comparten con sus esposas es limitado. Es dos veces más frecuente entre hombres con un nivel académico superior y aquellos identificados con un cometido laboral que les resulta gratificante.

 

  • DISFRUTADORES (35,3%)
    Gozan libremente de las diferentes opciones de vida y actividades que la jubilación les permite. Alternan intereses y aficiones, renuevan sus relaciones y reservan tiempo para el ocio. Les gusta improvisar y dejar al margen horarios y compromisos fijos. Es la orientación más frecuente, sobre todo entre las mujeres. Muchos hablan de querer compensar la sobrecarga vivida compaginando trabajo y cuidado del hogar y familia.

 

  • SOSEGADOS (9,3%)
    Su prioridad es vivir una jubilación tranquila, sin tensiones, descansando y aprovechando las posibilidades de actividad y ocio a su alcance. Centran su vida en el hogar y raramente se plantean alcanzar nuevas metas.

 

  • EXPLORADORES (10,6%)
    Afrontan la jubilación como una oportunidad para renovarse y ampliar sus horizontes. Aprenden, realizando algo novedoso o no suficientemente desarrollado, potencian aspectos latentes de sí mismos y/o introducen cambios en su entorno. Predominan las mujeres que buscan reafirmarse como individuos, desplazando el centro de sus vidas hacia dentro de sí mismas. Algunas dicen estar superando los límites impuestos por su educación o por las circunstancias que les tocó vivir.

 

  • DESENFOCADOS (15,3%)
    No llegan a crear o no mantienen proyectos propios que den sentido a su jubilación. Realizan actividades rutinarias con las que se acomodan a sus circunstancias o a expectativas y planes ajenos. Manifiestan dudas y/o insatisfacción respecto a su estado o se reprochan el uso que están haciendo de sus capacidades.

 

Pienso en la jubilación como un pasaporte, franquea el acceso a muchos lugares, pero cada uno tiene que elegir su itinerario y hacer el viaje por su cuenta. Porque una jubilación satisfactoria no ocurre de manera espontánea; exige esfuerzo para mantenerse activo y conectado. Lo importante no solo son las metas que se eligen, sino su significado personal y el espíritu con el que se persiguen. Deberán satisfacer necesidades importantes y tratar de alcanzarlas con continuidad y determinación. Porque la autoestima de la persona jubilada va a depender de que cumpla con los nuevos roles que ha elegido.

La oportunidad de poder elegir entre un número tan amplio de posibilidades y la trascendencia de las decisiones a tomar contribuyen a que la jubilación sea una etapa tan compleja y tan interesante.

 

Dr. BARTOLOMÉ FREIRE

Doctor en Psiquiatría y especialista en Psicoterapia. Autor  de «La jubilación, una nueva oportunidad»

Julio 2021